El proyecto de ley de reforma impositiva que será debatido por el Congreso durante el mes de diciembre trae aparejada una buena noticia para las dos compañías que concentran el 97% del mercado tabacalero en la Argentina: gracias al eficiente lobby del sector empresarial («ayudados» por los gobernadores de las provincias productoras), el Estado reducirá del 75% al 70% la carga impositiva que actualmente tributan al fisco las tabacaleras. Esto significa que, de aprobarse la iniciativa tal como quedó redactada, las arcas públicas nacionales dejarán de percibir unos $5.000 millones que en la actualidad provienen del cobro del impuesto directo al cigarrillo.
El muy buen criterio que desde el Palacio de Hacienda utilizó Nicolás Dujovne para impulsar la suba de la carga impositiva a productos cuyo consumo excesivo puede originar perjuicios para la salud (como las bebidas alcohólicas o con azúcar agregado) no se empleó a la hora de sostener la carga tributaria que pagan los fabricantes de cigarrillos, de comprobado impacto negativo en los seres humanos.
Claramente los beneficiados por esta decisión son las compañías tabacaleras. El 97% del mercado local se reparte entre Massalin Particulares -filial de Philip Morris- y Nobleza Piccardo -controlada por British American Tobaccos (BAT)-, aunque en ambos casos el socio mayoritario termina siendo el Estado, que del total del precio al público de un paquete se lleva en la actualidad el 70% a través de impuestos.
La salud, perjudicada
Desde la filial argentina de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) aseguraron que «esta rebaja implicaría un retroceso en la protección de la salud» y alertaron que «las medidas fiscales que persiguen objetivos sanitarios deberían estar libres de la interferencia de las industrias involucradas para evitar torcer el rumbo de la política».
Para los especialistas consultados por Ámbito Financiero, la ecuación es simple: «Si bajan los impuestos a los cigarrillos, no sólo cae la recaudación, sino que se les brinda a las compañías la posibilidad de que trasladen esa baja a los precios o que maximicen ganancias, reinvirtiéndolas en estrategias de marketing destinadas a captar más consumidores, todo lo cual redunda en más población que fume, más enfermedades y más costo en el sistema de atención médica», explicaron.
El consumo de tabaco es la principal causa evitable de enfermedad y muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las estadísticas indican que el tabaquismo provoca la muerte de 7 millones de personas al año y genera gastos por 1,4 billones de dólares. «Se proyecta que la promoción de altos índices de uso de tabaco mediante agresivas estrategias de la industria del tabaco lleve a duplicar el número de muertes relacionadas con el tabaco en países de bajos y medianos ingresos antes de 2020», señaló Andrew Black, del secretariado de la Convención Marco sobre Control de Tabaco de la OMS. Los datos relevados por la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) sostienen que en la Argentina unas 40 mil personas mueren anualmente como consecuencia del tabaquismo.
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