ltimo paro de 24 horas que sufrió Aerolíneas Argentinas (AA) el pasado 30 de octubre le costó a la compañía aérea de bandera alrededor de u$s6 millones. La cifra equivale a un 6,66% del monto con el que el Estado asistirá a la empresa durante el ejercicio 2018.
Según datos de la propia empresa que dirige Mario Dell´Acqua, el monto surge de calcular los gastos en los que debió incurrir para poder cumplir con el traslado de los pasajeros que quedaron varados en el exterior debido a la medida de fuerza.
Fueron 50 los vuelos que debieron ser cancelados y que ese día no pudieron cumplir con los itinerarios programados. Esas complicaciones se sumaron a las 334 operaciones que se vieron afectadas el día posterior y que, en conjunto terminaron por impactar en los viajes de 40.000 pasajeros.
Muchos de los afectados por la medida habían comprado sus tickets con varios meses de anticipación y en la mayoría de los casos sufrieron la pérdida de reservas de hoteles y de otras conexiones en diferentes aeropuertos del país y del exterior.
La protesta surgió en reclamo de un aumento salarial del 26% que encabezaron los pilotos nucleados en la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). En ese momento, desde Aerolíneas denunciaron que los sueldos de quienes fomentaron la medida no son menores a los $250.000 mensuales.
Fue el propio Dell’Acqua quien informó las cifras y acusó a este sindicato de no haber querido volar y dejar los aviones en los aeropuertos de Estados Unidos y de Europa a pesar de sus elevados ingresos y de la gran cantidad de ventajas de las que gozan al ser pilotos de avión.
«Ganan más que el Presidente», disparó el funcionario, quien a fines del año pasado asumió el máximo cargo de AA en reemplazo de Isela Costantini, flamante miembro del directorio de IRSA.
De hecho, los pilotos iniciaron la medida gremial antes de la fecha anunciada para el paro ya que consideraron que los aviones no debían salir si el comandante iba a estar trabajando una vez puesto en marcha el reclamo.
Precisamente, esa determinación fue la señalada por el propio Dell´Acqua como la principal razón para que de las arcas de Aerolíneas debieran salir u$s6 millones adicionales para hacer frente a todos los gastos derivados de un reclamo sindical tildado de «irracional» no sólo por las autoridades nacionales sino también por muchos sectores de la sociedad.
«Nos cuesta mucho esfuerzo cambiar la imagen que tenía la compañía ante el público, pero lo intentamos hacer todos los días, redoblando las ganas para recuperar la confianza de la gente«, señala el titular de Aerolíneas.
Durante un cocktail con periodistas organizado por la empresa para despedir el año, el funcionario estimó que los gremios podrían convocar a otra medida de fuerza, aunque se mostró optimista en la resolución del conflicto. También anticipó que no tienen previsto modificar la propuesta salarial y explicó que las conversaciones se están llevando a cabo gremio por gremio «porque no es lo mismo una oferta a un piloto que a un empleado de rampa o maletero».
Y más allá de este tipo de situaciones conflictivas puntuales, Dell´Acqua consideró que Aerolíneas se encuentra atravesando un buen momento, con datos positivos en casi todos sus ratios.
Durante su discurso, el funcionario destacó la política de transparenciallevada a cabo en estos años de gestión del gobierno de Cambiemos y sostuvo que esa estrategia es la que llevó a «un crecimiento en pasajeros, servicios, calidad, rutas, aviones y prestaciones».
En cuanto a pasajeros transportados, informó una suba del 28% con respecto al mismo período del año pasado, con un millón de usuarios más transportados durante los primeros nueve meses de 2017. Recordó que en 2016 la ayuda oficial para el funcionamiento operativo de Aerolíneas fue de u$s670 millones y anticipó que este año se reducirá a u$s170 millones.
En cuanto a las razones de esta fuerte reducción de la dependencia de subsidios oficiales de la compañía aérea de bandera, Dell´Acqua explicó que el ordenamiento de la gestión, la cancelación de gastos innecesarios y el combate contra la corrupción heredada fueron las principales causas.
Como ejemplo, recordó que durante el gobierno kirchnerista Aerolíneastenía cuatro frecuencias diarias a El Calafate, con un 25% de ocupación. «Eso se mejoró», dijo, y agregó que ahora las frecuencias, las rutas y los vuelos se preparan según la demanda. En este sentido, aseveró que el año próximo la necesidad de financiamiento público que tendrá Aerolíneas será de u$s90 millones contra los u$s170 millones de este ejercicio.
Y admitió que el objetivo de dejar de depender de las arcas oficiales y pasar a ser una empresa autosuficiente se mantiene. «Voy a llegar al final de mimandato cumpliendo ese objetivo», señaló.
En cuanto a la actualidad de la compañía, admitió que atraviesa por una situación de «stress» producto de las medidas de fuerza llevadas a cabo el mes pasado por los pilotos para forzar aumentos en paritarias mayores a los propuestos por la empresa.
De todos modos, dijo que la empresa es hoy «mejor, más grande y más eficiente» que durante la gestión del kirchnerismo, con Mariano Recalde a la cabeza.
En este sentido, aseguró que la ocupación se encuentra en un 86% en promedio contra un 73% anterior, reiteró las políticas de reducción de costos, de mejoramiento de la gestión, de un mayor profesionalismo y de una decisión de «poner a la ética y a la transparencia en un primer lugar».
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