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Independiente venció a River y profundizó la crisis de Gallardo

Lo ganó Independiente sobre el final porque aprovechó un contraataque cuando River -con uno menos- quedó mal parado.

Históricamente armaron partidos entretenidos y atractivos. El clásico de anoche fue la excepción, un oprobio a esa rico duelo entre Independiente y River. Lo ganó el Rojo sobre el final porque aprovechó un contraataque cuando River -con uno menos- quedó mal parado. Y fue justo un ex, nacido en la cantera millonaria, Nicolás Domingo (no gritó el gol) el que le dio otro golpe al equipo del Muñeco, que anda perdido en la Superliga. Ya van 6 encuentros sin ganar. Y si no estuviera en la final de la Copa Argentina, la situación seria muy preocupante. Independiente, en cambio, volvió a sumar tres puntos y llega entonado al duelo de Copa Sudamericana (semifinal de ida en Paraguay), el martes contra Libertad, y al derby contra Racing, el próximo sábado.

No pasaba casi nada en el partido. Apenas algunos buenos desbordes del Pity Martínez. Alguna que otra conexión entre De La Cruz y Scocco. Dos amarillas, una para Maidana y otra para Amorebieta por faltas que cortaron avances. Un Independiente que guardó casi todo. En las tribunas, los hinchas cantaban contra Racing, el rival de la fecha que viene. Hasta que a los 19 minutos ocurrió una jugada que salió de contexto. O no tanto si se tienen en cuenta los antecedentes. Otro error de Lux. Pero esta vez más grosero a los que había tenido. Tras un pelotazo largo de Amorebieta, Poroto salió a despejar porque la pelota había sobrado a los marcadores centrales y Albertengo iba a ganar en velocidad. Tan apresurado y a destiempo salió que el balón picó y le estaba pasando por encima del cuerpo. Y la agarró con las manos afuera del área. Trucco inmediatamente le sacó la roja. Correcta decisión. Porque Albertengo podía irse al gol. Entró Bologna y salió De La Cruz. Y River tuvo que reacomodarse.

Independiente empezó a tener la iniciativa pero sin crear tanto juego ni llegadas a pesar de tener uno más. Bologna se mostró firme ante Benítez y Togni. River, a esa altura, necesitaba que, al menos, desde el arco se brinde alguna seguridad después de tantos desaciertos de Lux.

A pesar de la expulsión y de quedarse con uno menos, River no se cayó. Y siguió en el partido ante un mix de Independiente que no arrancaba. Ese 4-3-3 inicial de Holan parecía ambicioso pero le dio la pelota a River y cuando retrocedía armaba un 4-4-1. La roja del arquero cambió los planes y al Rojo le costó hacerse protagonista del encuentro. La posición a Erviti (recostado a la derecha) le resultaba incómoda y Sánchez Miño no aparecía. Tampoco Benítez y Togni lograban ganar por las bandas. Y así el arco, ese que pasó a defender Bologna, le quedaba lejos a Independiente.

En el segundo tiempo, Holan acumuló gente en ataque cómo era de suponerse. Ingresó Meza, primero, luego Gigliotti y más tarde, Barco. Pero careció de ideas para llegar con peligro. River se plantó bien a pesar del hombre de menos (debió quedarse en igualdad pero Trucco no vio una mano de Amorebieta que era para la segunda amarilla) y reforzó la mitad de la cancha con Enzo Pérez. El más inquietante de la cancha, Pity Martínez se filtró por el medio en una jugada propia, y sacudió el travesaño. Por inercia, Independiente fue a buscar y encontró un tiro libre que Bologna, a mano cambiada, le sacó a Barco. Y el propio Barco picó habilitado, eludió a Bologna pero su remate pegó en la parte externa de la red.

No pudo el Beto contra Domingo. Fue una contra letal de Sánchez Miño, con Rojas retrocediendo muy lento. Y otro mazazo para River.

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