A la vez que el Gobierno provincial y representantes fueguinos participan de reuniones con el presidente Macri para intentar frenar la reforma tributaria que pondría contra las cuerdas a la industria electrónica, los metalúrgicos y los miembros de AFARTE también buscan alternativas.
De estos últimos encuentros, surgió la posibilidad real de que los empleados fabriles congelen sus sueldos hasta junio de 2020, lo que permitiría mantener los puestos de trabajo y la protección a los productos que se fabrican en Tierra del Fuego.
Esto fue confirmado por el propio líder de la Unión Obrera Metalúrgica, Oscar Martínez, quien transmitió a las bases que la propuesta ya ha sido aprobada por unanimidad por el Congreso de Delegados de la UOM, a la espera de la votación de los propios operarios.
«El Gobierno está decidido a llevar a cabo una práctica como la de las notebook», se le escucha decir a Martínez en una de las asambleas realizadas hoy en las fábricas de Río Grande, brindando un panorama más que oscuro a las negociaciones que a esta hora se realizan para frenar la tributaria.
«Hay una posibilidad mínima»
El propio Martínez reconoce que la oferta que llevaría AFARTE a las negociaciones con el Gobierno no garantiza que se dé marcha atrás con la quita de aranceles, por lo que a su vez debería haber un compromiso de las terminales electrónicas para bajar los precios de los productos fabricados en la provincia.
Como contrapartida, Nación garantizaría que se mantengan los puestos actuales y las condiciones generales de la industria hasta el 2024.
El poco apoyo de la comunidad a los metalúrgicos
A pesar de que hoy las fábricas radicadas en la provincia emplean a más de 10 mil trabajadores, el propio líder de la UOM reconoce que «incluso en Tierra del Fuego, muchos opinan en contra de la industria».
«Ni siquiera tenemos un apoyo importante en la provincia», se le escucha decir a Oscar Martínez. Por ello, desde la UOM entienden que si no se realiza una propuesta como la antes expuesta y se espera a que el Congreso vote por el sí o por el no sobre la reforma tributaria, la industria electrónica perdería «por paliza», trayendo como resultado la desaparición de la totalidad de los puestos de trabajo que genera el sector.
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