El Ministerio de Energía confirmó ayer que a partir del 1 de diciembre subirá el precio del gas en las tarifas de todo el país, lo que se sumará al segundo tramo de aumento destinado a transportistas y distribuidoras del producto y a la actualización por precios mayoristas de los ingresos que perciben esas prestadoras. Según los cálculos iniciales, el aumento promedio se ubicará por encima del 50%, considerando el IVA, lo que sumaría 0,5 puntos al índice de inflación de diciembre.
Por la resolución 400 del Ministerio a cargo de Juan José Aranguren, el gobierno convocó a una audiencia pública a realizarse el 15 de noviembre en el Teatro de la Ribera, para debatir un nuevo escalón en el cronograma de aumentos para el precio del gas en el punto de ingreso al sistema de transporte.
Según la información oficial, las tarifas de gas aumentaron un 202% promedio en octubre de 2016, a lo que se acumuló un alza del 22 al 36% desde abril de este año, pero esos promedios incluyen a los hogares que tienen tarifa social y no consideran impuestos. Para calcular el próximo incremento, los datos disponibles son:
El precio del gas fijado en u$s 3,77 el 1 de abril debía subir a u$s 4,19 en octubre, según recuerda la resolución 400 publicada ayer. Por ahora no está claro si ese valor va a ser más alto para compensar que no se haya aplicado en octubre y noviembre. Sin compensación, el valor del producto tendrá una suba del 11,1% que ascenderá al 15,6% , porque el precio anterior se calculó con un dólar a $17,02 y ahora se estimará en $17,8 para el período diciembre-marzo. Según el gobierno, esa suba del 15,6% corresponde al 60% de la factura sin impuestos. Es, además, la única que se destina a reducir subsidios del Estado.
El gobierno podría postergar algunos de estos ajustes para que tengan menos impacto en los índices de inflación del año. Pero dados los compromisos asumidos con las empresas por la revisión tarifaria integral, lo que no se aplique en diciembre se deberá concretar actualizado más adelante. Además, los aumentos en gas en verano tienen menos impacto en la economía familiar y producen menos mal humor social que invierno, aunque ya para los meses de frío de 2018 hay que estimar una factura equivalente al doble de lo pagado este año y si la temperatura se mantiene igualmente benigna.
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