Hace diez años, cuando se introdujo el primer iPhone, cambió para siempre la historia de los dispositivos móviles.
Para conmemorar este hito, el mundo fue testigo de un nuevo lanzamiento de Apple: el modelo X.
Más allá del blooper que se generó al no funcionar correctamente el reconocimiento facial, las mejoras técnicas quedaron a la vista de todos, como su poderosa cámara y su pantalla de alta resolución.
Pero si algo caracteriza a este nuevo dispositivo que dio a conocer Tim Cook, director ejecutivo de la compañía, es que se trata del celular más costosolanzado hasta el momento por la marca de la manzana.
El otro dato a resaltar es que, en base a los valores que ya se están manejando en plataformas de e-commerce y a las proyecciones de retailers, la Argentina es firme candidata para posicionarse como el país más caro del mundo para la adquisición del nuevo equipo de Apple.
Según se reveló, el iPhone X estará en preventa en los EE.UU. a partir del 27 de octubre, mientras que llegará a las góndolas de las principales ciudades el 3 de noviembre.
Una vez que Cook terminó su presentación –que se transmitió a nivel global-, las páginas oficiales de Apple comenzaron a revelar los precios de venta al público: el equipo de 64 GB de capacidad se comercializará en suelo estadounidense a unos u$s999.
Sumando los impuestos (en Miami, por ejemplo, rondan el 7%), no superará los u$s1.070.
Sin embargo, estos valores no necesariamente se replicarán en otras latitudes.
Tal como viene sucediendo desde que se presentó el primer iPhone, la compañía fundada por Steve Jobs no tiene una política uniforme en materia comercial.
Los precios alrededor del mundo dependen de múltiples factores, comenzando por los aranceles e impuestos internos de cada país.
Según el «Indice iPhone X«, confeccionado en función de los mercados más relevantes a nivel global, naciones como Japón, Canadá y Hong Kong ya se posicionaron como las más económicas para adquirir el nuevo dispositivo, con valores que van de los u$s1.025 hasta los u$s1.100.
Luego, surge un «pelotón» de países en los que este equipo de 64 GB se ofrece entre los u$s1.200 y los u$s1.430.
En ese grupo figuran naciones como Singapur, Suiza, Nueva Zelanda México, Rusia, India y muchos miembros de la Unión Europea.
Ya en el «podio» de los mercados más costosos, los números tentativos que se están manejando posicionan a Brasil en el segundo puesto, con un valor estimado de u$s1.600.
Y, finalmente, se espera que la Argentina corone el primer lugar, con un precio de venta que, por estas horas, oscila entre los u$s2.000 y los u$s2.400.
Si bien todavía no hay datos oficiales, en páginas como Mercado Libre hay usuarios que están comenzando a ofrecer el modelo X de 64 GB a partir de los $35.000, con entrega pactada a partir de noviembre.
Claro que, en la misma plataforma, hay retailers con buena reputación y con más de 10.000 operaciones de venta concretadas, que salieron a ofrecer este dispositivo a unos $42.000, lo que equivale a u$s2.400.
Se tome una u otra referencia, igualmente la Argentina volverá a posicionarse cómodamente como el país más costoso de este ranking global, más que duplicando el precio vigente para los Estados Unidos y repitiendo así lo que ya viene sucediendo desde hace años con otros modelos del teléfono y hasta con las tablets iPad:
• Basta considerar que el iPhone 7 de 32 GB hoy se comercializa en la Argentina a $25.000, cerca de u$s1.450 al tipo de cambio oficial.
• Esto representa un 160% más que el valor vigente en Miami, donde el mismo modelo se ofrece por u$s550.
Lo mismo sucede cuando se comparan las cifras del equipo 7 Plus de 32 GB:
• Mientras que en un comercio porteño se ofrece por $33.500 (u$s1.942), en Estados Unidos cotiza a u$s670.
• En este caso, la diferencia es de casi 190%.
El “backstage” que explica los altos precios
Como se observa, la Argentina es y seguirá siendo el país más caro para adquirir un teléfono de iPhone. Pero no es un caso aislado y está lejos de ser una excepción.
Basta ver el aluvión de argentinos que, en temporada alta o cada fin de semana largo, aprovechan para cruzar la frontera y visitar Chile en busca de ropa y electrónica barata.
«La realidad es que hoy el iPhone es un producto de nicho, básicamente por el precio elevado que tiene en el mercado interno», reconoce bajo off the record el gerente comercial de uno de los principales premium resellers de la marca estadounidense.
El directivo agrega que este dispositivo es casi una «commodity» a nivel global y que los canales minoristas no son formadores de precios, sino que la mayor proporción del valor de venta al público está conformado por impuestos y costos locales.
Y una de las grandes razones que explica por qué es tan costoso respecto de otras plazas está vinculada con la alta carga tributaria, incluyendo aranceles de importación.
En diálogo con iProfesional, el consultor Enrique Carrier destaca que “la mayor parte del precio está explicada por la importante mochila impositiva, que puede llegar a representar cerca del 70% del valor de venta«.
Carrier detalla que el “castigo” que sufre el iPhone es un resumen de la pesada carga que también impacta sobre otros bienes de consumo, sean producidos o no localmente.
En el caso del equipo de Apple, todo arranca con un arancel externo del 16%. Luego, se suma un 21% de impuestos internos y un 21% de IVA.
“Como son tributos que se aplican, en algunos casos, unos sobre otros y de forma sucesiva a lo largo de la cadena, terminan teniendo un peso importante”, señala.
A esto hay que sumar los costos de transporte –la Argentina tiene los más elevados de la región, medidos en dólares- y aquellos gastos asociados a la seguridad, para proteger una operación logística muy tentadora para la piratería del asfalto.
Además, existe un componente intangible que hace a la conformación del precio de venta y que desde hace años se viene aplicando en el país: una suerte de cobertura ante el «riesgo cambiario».
Esto es, cuando un importador cobra el producto en pesos pero que necesita dólares para reponer la mercadería, una ecuación que puede verse alterada ante la mínima devaluación en el plano local.
Una operación marginal
Mientras que en el mundo los iPhone se venden como pan caliente, con más de 1.150 millones de equipos comercializados en una década, en la Argentina las tiendas oficiales tienen un papel marginal.
Según datos de Aduana (provistos por Market Research & Technology), desde enero de 2016 a mayo de 2017 se importaron apenas 17.500 teléfonos de Apple mediante despachos aduaneros formales.
Es decir, los trámites que permiten que luego esos equipos lleguen a la venta a través de operadoras de telefonía celular o de los propios retailers.
Como contrapartida, según la consultora Carrier & Asociados, en la actualidad están activos en la Argentina cerca de un millón de teléfonos iPhone.
En buen romance, aun cuando se lleguen a comercializar todos los dispositivos que las empresas importaron pagando los impuestos correspondientes, más del 98% de los equipos que están funcionando en el país fueron ingresados, o bien por turistas argentinos -desde Chile o Miami- o vía contrabando.
El hecho de que apenas 1,7% de los teléfonos de Apple hayan sido comercializados por los canales formales demuestra lo poco tentador que resulta el negocio de importar este codiciado celular y tener que ofrecerlo a estos precios.
Por eso, tal como sucedió con los últimos modelos ofrecidos, los operadores locales planean traer un pequeñísimo volumen del iPhone X, que llegará más hacia fin de año.
Más que por un motivo de rentabilidad, muchos retailers lo hacen por una simple cuestión de posicionamiento.
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