La provincia de San Juan fue el escenario del primer caso de un adolescente que participó del juego de «La ballena azul» y hoy lucha por su vida: el joven de 14 años se encuentra internado en terapia intensiva.
Según informaron diversos medios locales, el chico afectado ingresó inconsciente al Hospital Rawson durante la primera mañana del martes, producto de la ingesta masiva de pastillas para el páncreas.
La familia confirmó en la misma sala de terapia intensiva que el menor, cuya identidad no fue revelada aún, se había sometido al peligroso juego iniciado en Rusia que alienta a los jóvenes a cometer el suicidio después de seguir un plan de 50 pasos.
«Sabía que existía el juego, pero no imaginé nunca que él sería capaz de hacer una cosa así. Cuando nos enteramos de eso, con su padre le dijimos que tuviera cuidado con ese juego porque era muy peligroso. Él nos respondió ‘mami, yo jamás jugaría a eso porque es satánico’«, relató Mónica, su madre, al diario Tiempo de San Juan.
La familia, muy creyente, afirma que el joven siempre estuvo muy contenido y no encuentra explicación a la decisión tomada por el autoagredido, que consumió un blíster entero de pastillas.
Mientras participaba del juego, el joven dio indicios sobre el peligro en el que se estaba metiendo. Poco después de la 1 de la mañana (en la noche del lunes) modificó dos veces su estado de Whatsapp. En un primer momento, escribió «Jugando al juego de la Ballena Azul» y unos minutos después, redactó «Adiós a todos. Los amo», junto a un emoji de un cuchillo y de dos caras de tristeza.
Dos de sus hermanos hicieron pública la noticia sobre la participación del chico en el juego. Uno publicó en Facebook los dos estados escritos por el hermano y lamentó no haber reaccionado a tiempo, mientras que el otro redactó un mensaje de apoyo y dolor en la misma red social.
«Me pone muy mal saber que estás en ese estado y no reaccionás, hayas hecho lo que hayas hecho. Jugar a la Ballena Azul o tomar pastillas», escribió uno de los hermanos.
Mónica relató que se dio cuenta de lo sucedido en las primeras horas de la mañana del martes, cuando lo fue a despertar para que acudiera al colegio: «La noche anterior estuvo comiendo con nosotros y estaba contento. Lo mandé a dormir como a la una de la mañana y la pastilla se la tomó a las dos. Cuando lo fui a despertar, estaba pálido. Intenté reanimarlo, pero no pude, así que lo trajimos directamente al hospital».
En el centro médico, el chico fue sometido a un lavaje de estómago y a una tomografía computada y los primeros indicios reflejaron que tiene grandes posibilidades de recuperación.
A raíz del hecho, las autoridades sanitarias de la provincia de San Juan mantuvieron el martes una reunión extraordinaria para tratar el tema. Especialistas de los ministerios de Educación, Salud y Desarrollo Humano trazaron un plan de acción para intentar evitar que esos actos se repitan en la región.
«En general, cuando recibimos denuncias por casos de autoagresión intervenimos de modo individual con el alumno y su familia. Pero dada la gravedad de esta situación, que no sabemos qué alcance tiene, tenemos que salir a trabajar en el tema de modo global y urgente», afirmó la directora del Gabinete de Educación, Mónica Gutiérrez, a Radio Sarmiento.
El juego, un peligro latente para todos los adolescentes del mundo
El juego de la Ballena Azul nació en Rusia en 2015. Consiste en un siniestro desafío de 50 pruebas a realizar durante 50 días en el que, entre otros pedidos, se insta a los jóvenes a hacerse cortes en un brazo para formar la figura del cetáceo y, en el último punto, se incita a los chicos a cometer el suicidio.
Desde entonces, el desafío se cobró la vida de cientos de jóvenes en todo el planeta. Ya se habían registrado casos en países como Estados Unidos, España, México, Colombia y Brasil.
Su inventor, Phillip Budeikin, fue detenido a finales del año pasado en Rusia y reconoció de manera macabra la autoría del juego: «Sí, lo hice… Y murieron felices. Les di lo que no tienen en la vida real: calidez, comprensión y comunicación», afirmó el ruso tras ser detenido.
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