Este sábado la comunidad de Río Grande y en particular empleados y obreros municipales le dieron su último adiós a Jorge Coldorf. El que fuera hasta sus últimas horas secretario de Obras Públicas del Municipio de Río Grande falleció el pasado 5 de abril en el Hospital Italiano de la ciudad de Buenos Aires.
Internado desde fines del año pasado, supo librar una dura y penosa lucha contra el cáncer. Lo habían intervenido quirúrgicamente dos veces y a pesar del esfuerzo de los médicos y su entereza envidiable, finalmente la enfermedad pudo más.
Su partida sorprendió a quienes no sabían de su mal y llenó de congoja a todos quienes lo conocieron. Sus antiguos subordinados y compañeros de trabajo supieron siempre de bonhomía, su predisposición a colaborar con todos y su capacidad para enfrentar los problemas con un ánimo contagioso.
Esta cualidad es la que llegó a percibir de él la comunidad toda. A cargo de un área conflictiva y llena de carencias, no dudó jamás en poner el pecho frente a las dificultades y salir a explicar con una sinceridad sorprendente problemas que a cualquier otro funcionario le haría esconder la cabeza.
Para los medios de comunicación estaba siempre absolutamente dispuesto, aun cuando las circunstancias sugerían alguna excusa como la de la consabida “está en una reunión”.
“No hay platita” o “si el patroncito nos lo permite (en alusión al Intendente) eran parte de los latiguillos que lo hicieron un comunicador carismático, interlocutor respetuoso y respetable y un funcionario con el que nadie podría enojarse, aunque las noticias que transmitiera no fueran las mejores.
Funcionario y anitpolítico
Por su sesgo “antipolítico”, por su carácter frontal, su hombría de bien y su humor indoblegable, es que se no dudamos en rendirle nuestro homenaje como medio de comunicación, aunque no sea lo habitual ante la partida de un funcionario.
Es que la profesión permite, a veces, el privilegio de encontrar un amigo allí donde sólo pasan efímeros detentadores del poder.
Jorge Coldorf fue un amigo para todos, incluso para quienes debíamos entrevistarlo en función de trabajo y casi siempre en situaciones nada gratas.
Permitánnos decir adiós en público a Jorge Coldorf. Y que todos lo vamos a extrañar. La ciudad de Río Grande también.
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