Cuando Mauricio Macri llegó a la Presidencia, el diciembre pasado, resolvió discontinuar el Tango 01 y toda la flota presidencial, por su mal estado. Desde entonces, voló a través de charters o por líneas aéreas comerciales pero nunca viajó por Aerolíneas Argentinas, como lo ordena el decreto 1191/12, ni compró los pasajes por la agencia Optar SA (cuestionada en su gestión) como lo establece la decisión administrativa 244/13.
Según publica el diario La Nación, gastó en total $ 26.607.229 pesos, unos US$ 1.773.815. Los contratos con empresas proveedoras de aeronaves insumieron $ 22.944.553 y los pasajes de sus comitivas en vuelos de línea $ 3.662.676.
Además, añade el matutino, varios miembros de la comitiva hicieron sus viajes con pasajes por clase business, pero no se informó quiénes utilizaron ese servicio premium en medio de la crisis y recesión de la economía argentina.
Por otro lado, la Secretaría General de la Presidencia contrató en todos los casos mediante trámites exprés, con medidas de excepción, sin licitación, aunque con compulsa de precios.
Respecto a las contrataciones de aviones privados, se realizaron mediante trámites exprés, con pocos días de margen y bajo la modalidad de «aprobación de gasto» o «legítimo abono», como una «medida de excepción»
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