Turquía resistió un intento de golpe de Estado. Más de 190 personas murieron y otras 1.440 resultaron heridas durante el intento de golpe de Estado militar en Turquía. El primer ministro Binali Yildirim señaló que hay 160 fallecidos, sin contar a los golpistas.
En una comparecencia ante la prensa en Ankara, Yildirim señaló que 2.839 militares fueron detenidos en relación directa con esta intentona golpista, que tildó de «mancha» sobre la democracia turca. La situación está «totalmente bajo control», agregó.
«Estos cobardes tendrán la pena que se merecen», recalcó el jefe del gobierno.
Momentos antes, el jefe de las fuerzas armadas dio cuenta de 104 golpistas muertos.
Al igual que había hecho el presidente Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro acusó al predicador Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos, de estar detrás de esta iniciativa.
Terrorista
El régimen turco considera que Gülen, un exaliado de Erdogan, encabeza una «organización terrorista». En el pasado Ankara pidió a Washington su expulsión pero las autoridades estadounidenses se han negado.
Yildirim también aseguró que los responsables de la asonada son unos 40 altos mandos, principalmente coroneles pero entre los que se contaba también un general, que murió durante el golpe.
Al momento en que se inició el movimiento destituyente, Erdogan estaba de vacaciones en la localidad turística de Bodrum, al sur de Turquía.
«Estamos reasumiendo rápidamente el control de toda la situación», afirmó también el primer ministro, Binali Yildirim, tras anunciar que varios golpistas habían sido detenidos.
Pese al estado de sitio declarado por los golpistas, cientos de personas se volcaron a las calles, según imágenes difundidas en Twitter, aunque inicialmente no quedó completamente claro si salían a celebrar el levantamiento o respondían al pedido del presidente Erdogan de defender el orden constitucional.
Hubo manifestaciones en Estambul, Izmir y Ankara, donde posteriormente se supo que el saldo final había sido de más de 190 muertos y al menos 1.400 heridos. Pero las manifestaciones en rebeldía contra el intento de golpe fueron debilitando a sus autores.
El aeropuerto de Atatürk en Estambul, el mayor de Turquía y el tercero mayor de Europa, estuvo paralizado a consecuencia del intento golpista de anoche, pero entretanto los militares que lo habían ocupado se retiraron y miles de manifestantes contrarios a los golpistas entraron en el edificio. También de la televisión turca TRT se retiraron los soldados.
No obstante, un grupo de soldados golpistas ocuparon la emisora de noticias CNNTürk a las 03.40 hora local (21.30 hora argentina) y cortaron su emisión por media hora.
Minoría
Cerca de las 4 de la mañana (22 hora argentina), Erdogan improvisó una conferencia de prensa en el aeropuerto de Estambul, aunque aún circulaban noticias cruzadas sobre aviones que alzaban el vuelo en la base de Eskisehir.
En la rueda de prensa, Erdogan acusó a su rival y ex socio político Fethulah Gulen, quien reside en Pennsylvania, de darle órdenes a los golpistas, que son una «minoría dentro del ejército» y se mostró convencido de que iba a controlar la situación en breve.
«Bombardearon el lugar donde me encontraba poco después de que me hubiera ido. No pensaron que haría todo el viaje a Estambul», aseguró, según informaban diversos medios turcos y la BBC.
Tras calificar el intento de «regalo de Dios» que le permitirá limpiar las Fuerzas Armadas, levantó la rueda de prensa mientras algunos periodistas informaban en sus cuentas Twitter que aún no se había restablecido la tranquilidad en el espacio aéreo en torno al aeropuerto.
En un primer recuento, la fiscalía del distrito de Gölbasi, en Ankara, donde en las primeras horas del intento murieron al menos 17 policías, computó 42 muertos en la capital del país, y 60 heridos, informó la cadena privada NTV.
También se han contabilizado 60 heridos, según la declaración de la Fiscalía.
El intento de golpe comenzó cuando una fracción del ejército de Turquía aseguró en un comunicado de prensa que se había hecho con el poder en todo el país, alegando el carácter antidemocrático del gobierno de Erdogan.
Poco después el comando de los golpistas declaró la ley marcial luego de haber tomado algunos edificios como el palacio presidencial, el canal de televisión público TRT y el aeropuerto internacional Atartuk en Estambul.
Erdogan, que estaba de vacaciones , afirmó que él seguía siendo el jefe del Estado Mayor Conjunto y llamó a los ciudadanos a salir a las calles a defender la democracia, en declaraciones por la red social Facetime transmitidas por el canal de televisión privado CNN Turk.
Entretanto, un consejo de «Paz en la Nación» hizo transmitir un mensaje por la TRT en el que afirmaba que «el Ejército se hizo cargo totalmente (del país) para restaurar la democracia» y se comprometía a mantener los compromisos internacionales.
Conmoción
Aviones militares y tanques invadieron la capital despertando la atención de los habitantes y turistas, mientras grupos de soldados tomaban los aeropuertos internacionales de Ankara y Estambul, que cancelaron todos los vuelos. Además, los accesos a las principales ciudades, entre ellos los puentes que cruzan el Bósforo, en Estambul, fueron cerrados.
Una ONG indicó que las redes sociales habían sido bloqueadas y los teléfonos e Internet funcionan de manera intermitente.
Según la emisora CNNTürk, en el Hospital Haydarpasa Numune, situado en el lado asiático de la ciudad, se contabilizaron al menos seis fallecidos y unos cien heridos.
Los medios turcos informaron que militares rebeldes dispararon contra la multitud que protestaba contra el levantamiento y trataba de cruzar uno de los puentes que unen la parte asiática de la ciudad con la europea, y que había sido tomado por los golpistas.
Además, los rebeldes bombardearon el parlamento, en Ankara, donde hubo al menos doce heridos, dos graves. También en Ankara murieron 17 agentes de policías en una explosión en la sede de la fuerzas especiales del cuerpo.
Además, la emisora pública TRT aseguraba -poco después del aterrizaje de Erdogan- que cinco militares golpistas que participaron en la ocupación de su sede fueron neutralizados por un grupo de civiles, según difundió la agencia de noticias EFE.
A medida que se desarrollaban los acontecimientos, crecía el repudio internacional al golpe, que abarcó desde el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, hasta algunos de los países que más han confrontado últimamente con Washington, como Rusia e Irán.
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