Primero, tras el anuncio del Gobierno nacional, los cigarrillos de algunas de las principales marcas comenzaron a faltar en los exhibidores de algunos kioscos y multirrubros de la ciudad. Después, se evidenció la especulación: «Hasta dos atados por persona».
Siempre depende de a quién a uno consulte para encontrar el verdadero responsable de esta situación, pero la conclusión es la misma: volvió el viejo «agiotaje».
El diccionario señala que ése es el nombre que se le debe dar a la «especulación abusiva hecha sobre seguro, con perjuicio de tercero». O, en palabras de un comeciante: «Están especulando y los guardan para venderlos con el aumento que habrá».
A pesar de ser los kiosqueros los responsables de «poner la cara en la ciudad», todas las miradas apuntan a las distribuidoras que funcionan en la zona y que han acaparado y monopolizado el mercado.
Según algunos comerciantes que dialogaron con Radio Fueguina, las distribuidoras «no entregaron la cantidad de paquetes que solicitamos». Además, no dudaron en señalar que son éstos los que se llevarán la mayor tajada del aumento de cigarrillos, que aumentarán más del 50% el próximo viernes.
Para los kiosqueros la ganancia que les deja la venta de cigarrillos no es significativa. Por el contrario, señalaron que es «mínima». Pero explicaron que es el «gancho» para vender otros productos que «dejan ganancias mucho más importantes y a través de las cuales podemos mantenernos». De ahí la preocupación que manifestaron por el faltante que se registró.
A pesar de todo lo señalado, nobleza (no Piccardo) obliga reconocer a los comerciantes locales que decidieron aguardar al 9 de mayo, cuando el Gobierno autorice la suba. Lo que no pudo esperar fue el agiotaje.
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