La Bombonera late y su corazón bombea fuerte. Boca impone condiciones, somete a su rival. Tevez encara, fluye en ataque con potencia, no lo pueden parar. Y hay respaldo colectivo, claro. Se sostiene en un volante central recuperador (Cubas) y otro creativo (Bentancur, más activo que Gago). En un enganche que conecta líneas (Lodeiro) y un puntero que desborda y levanta la mirada para meter el centro exacto (Palacios). Todo volvió a la normalidad en este rincón azul y oro. Si hasta se canta por la Copa Libertadores, esa obsesión que brilla en las vitrinas de la Ribera. Y el Vasco parece firme, cuando todas las señales eran negativas.
Alguien sobra. ¿Osvaldo, con descanso obligado por la fisura en el pie derecho? ¿Gago, de correcto desempeño pero muy apoyado en el talento de Bentancur? Lodeiro no debe salir más. Sin haber tenido un partido maravilloso, fue el organizador del juego de Boca. Ya lo había mostrado a mitad de semana, en San Juan, cuando ingresó en el segundo tiempo. Y lo ratificó este sábado de súper acción.
Lo resolvió rápido Boca. No se habían consumido treinta segundos y ya ganaba porque el pibe Molina se animó a ir a fondo y Bentancur, de frente al arco, venció a Unsain. Y enseguida, Tevez buscó la falta que terminó cometiéndole Formiliano. Entonces, encontró un tiro libre perfecto, una barrera deficiente y un arquero mal parado para marcar el segundo con un tiro seco.
Y no marcó el tercero un ratito después porque Iván Núñez levantó la bandera cuando Tevez dejó mano a mano a Palacios y el tucumano volvió a vencer a Unsain. Estuvo mal anulado. Pero Boca siguió dominando. Y le dio formato de goleada al partido en un tiro de esquina. Ejecutó Carlitos, sobró a todos los rosarinos y Silva metió el zurdazo. Los defensores amortiguaron el disparo e Insaurralde intentó cabecear. No la tocó el chaqueño. El gol fue del lateral.