Un grupo de emprendedores argentinos decidió calentar el agua para sus infusiones aprovechando directamente la energía solar.
Christian Navntoft, un ingeniero doctorado por la Universidad Nacional de San Martín, es uno de los creadores de un termo para mate que calienta el agua con la luz del sol. Su proyecto fue finalista de diversos concursos, lleva nueve años y necesitó de la ayuda de diversos organismos del Estado, de empresas y de la UNSAM, a través de su Fundación Innovación y Tecnología.
Actualmente, la UNSAM forma parte de un consorcio público-privado que recibió financiamiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación para el desarrollo y fabricación del producto, bautizado Solarmate.
¿Cómo llegaron desde un prototipo a una primera tanda de producción?
Subimos el sitio web porque nos presentamos al concurso Innovar 2015 y, para no andar mandando información a todos los que nos la pedían, decidimos subirla a una página web. Eso fue un jueves y para el lunes teníamos 550 mails, desde Chile, Uruguay, Estados Unidos, Israel, Suiza, Bulgaria, Inglaterra y Francia. Ahora solo vamos a hacer 1000 unidades porque la idea es que la gente lo pruebe y nos pueda dar su opinión, para ver si hay que hacer modificaciones.
¿Por qué eligieron hacer un termo de medio litro?
En 2010 hicimos un estudio de mercado con la Universidad de Palermo, a través de FUNDES. Ellos diseñaron todo el estudio de mercado, ya que nosotros no teníamos idea sobre cómo hacerlo, y encontramos que a la gente le resultaba demasiado grande el modelo de un litro.
¿La producción es local o importan componentes?
La única pieza importada es el tubo de vacío. Pero nuestra idea, si esto escala su nivel en el mercado, es presentar un proyecto en el MINCYT para desarrollarlo acá. El tubo es una ampolla de doble vidrio de borosilicato, el que se usa para la vajilla resistente a golpes y a calor, no es de un vidrio común. Eso impide que se rompa con la diferencia de temperatura. Una alternativa que pensamos es hacer una ampolla con vidrio común en la parte de afuera y metal en la parte de adentro, pero eso requiere adquirir más tecnología y necesitaríamos un financiamiento más importante. El resto de las piezas las hacemos todas acá, como las que se abren en forma de alas, que son de plástico, y la superficie reflectante, que está hecha con un aluminizado especial. Se llama aluminizado por alto vacío y consiste en vaporizar una capa de aluminio sobre la pieza de plástico. Eso permite hacer todo en una sola pieza, y después se aplica una laca que lo protege.
¿Cuál es el próximo paso del proyecto?
Necesitamos aumentar la escala. Para eso vamos a necesitar personal y financiamiento. En cuanto al producto, estamos pensando en algunas mejoras. Una de ellas es ponerle un sensor de temperatura y en conectarlo al celular para poder ver la temperatura en el teléfono, porque la gracia es que al termo se lo ponga al sol y uno se desentienda. También tenemos ganas de sacarle la manija, pero eso dependerá de lo que digan los usuarios, y deberíamos disminuir el espesor de los materiales, porque está sobredimensionado, y así podríamos bajar los costos del material. Además, pensamos en acoplarle algunos dispositivos, como un tapón que, mientras se esté calentando el agua, permita usar esa energía para cargar un celular con un pequeño motor Stirling que genere corriente eléctrica.
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