Neuquén, la principal productora de gas del país y epicentro de la formación Vaca Muerta, y Mendoza, otra provincia rica también por su producción petrolera, su industria vitivinícola y el turismo, tienen problemas para pagar los sueldos de los empleados estatales del mes de septiembre. Los gobernadores Jorge Sapag y Francisco Pérez, alineados con el gobierno y a dos meses de despedirse de sus mandatos, hacen la malabares con las finanzas.
Las realidades económicas de las dos provincias son distintas. El gobernador Sapag, para no tener una paritaria polémica en un año electoral, prometió más de lo que sus finanzas podían pagar. Cerró un incremento salarial de 30% para los estatales cuando los presupuestos tanto de privados como estatales proyectaban un mejora más en torno al 25 por ciento.
Los precios bajos del barril pegaron en las finanzas de las petroleras y en la provincia más gas produce del país. En junio se prendió la primera alarma. El medio aguinaldo se pagó con 20 días de retraso. El gobernador tuvo que pedir permiso al congreso provincial para emitir más deuda y cumplir con el compromiso.
Ahora, con un déficit fiscal de $3.000 millones en lo que va del año tampoco pudo hacer frente al pago de los sueldos. Neuquén tenía todo listo la semana pasada para emitir otro bono por 350 millones de dólares entre inversores extranjeros, con las regalías petroleras como garantía.
La resolución 646 de la Comisión Nacional de Valores que derrumbó el precio de las acciones y los bonos por cuatro días consecutivos, hizo postergar la emisión que iba a ser fuente de ingresos para pagar los sueldos de septiembre. No sucedió y hoy Neuquén colocará letras en el mercado por 789 millones de pesos, el máximo que se había ofrecido a pagar a una tasa del 27,90 por ciento.
Mendoza tuvo problemas en otros meses para pagar sueldos. El congreso local no le autorizó al gobernador Pérez tomar toda la deuda que necesitaba para cubrir las necesidades financieras del año y recurrió varias veces a préstamos del Banco Nación al que ya le debe $2.200 millones.
La baja del barril de petróleo, la crisis del sector vitivinícola, con menos consumo local y menos exportaciones por el atraso cambiario también impactaron en las arcas provinciales.
En los últimos días de septiembre, el gobernador -a dos meses de dejar el poder- no obtuvo la respuesta rápida de otros meses de los financiadores habituales. Recién ayer logró una ayuda nacional para pagar una parte de los salarios adeudados: 450 millones de pesos de adelanto de coparticipación federal. No alcanza para cancelar toda la nómina salarial del Estado, pero bastará para los trabajadores estatales por encima de los $ 15.350 hasta los $ 28.000. En el Gobierno juran que hoy terminaría de conseguirse la plata para cancelar al resto.
Los que quedarían fuera son los salarios más elevados de la administración pública: los cargos directivos de carrera, políticos, magistrados y legisladores, además de algunos profesionales, particularmente médicos. Si las gestiones oficiales tienen éxito, tendrán el dinero depositado mañana. De lo contrario, deberán esperar hasta la semana que viene.
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