A siete años de la desaparición de Sofía Herrera, sus padres volvieron a manifestarse públicamente, pidiendo apoyo para buscarla y se defendieron de acusaciones y sospechas que los tuvieron como destinatarios.
Rodeados y contenidos por unas cincuenta personas que concurrieron a la esquina de San Martín y Belgrano portando pancartas y carteles con la imagen de la nena, que tenía 3 años la última vez que fue vista, Fabián Herrera y su esposa María Delgado volvieron a expresar su seguridad de que su hija Sofía está viva y rogaron por datos para llegar a encontrarla.
La manifestación, que duró unos pocos minutos, se llevó a cabo en ausencia total de organismos del Estado y organizaciones que suelen presentarse como defensoras de los Derechos Humanos. La presencia de los concejales Ana Colazo y Héctor Garay fue la única presencia institucional que pudo rescatarse, en instancias en que el objetivo principal debería ser el no olvidar la causa que llevó a toda una comunidad a solidarizarse con la familia de la criatura desaparecida.
En su corto discurso, el padre de Sofía, mostró su renovado dolor, pidió aportes para encontrar pistas sobre el paradero de su hija y se defendió de acusaciones que, dijo, los han tenido como destinatarios en algún momento. “Jamás le hubiéramos hecho daño alguno a nuestra hija”, se defendió, tras recordar el difícil proceso que llevó a la gestación de la que sería su primogénita, hoy desaparecida.
En el acto no pasó desapercibida la presencia de Paloma, la mujer que acompañaba, junto a su familia, a los Herrera, la tarde que Sofia se perdió en el camping John Goodal, aquel 28 de diciembre de 2008. Tanto la mujer como su marido hacía más de seis años que no acompañaban las marchas y manifestaciones púbicas llevadas adelante por los Herrera para pedir por su hija.
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