San Lorenzo se impuso por 2 a 1 sobre Racing Club, invirtiendo esta noche en el torneo local el marcador adverso sufrido el jueves por Copa Argentina, y con ello se aferró a la polarizada pelea por el título de primera división con Boca Juniors, en el cierre del segmento dominical del certamen.
San Lorenzo y Racing repitieron el arranque del partido de entresemana por Copa Argentina, repartiéndose la pelota y las situaciones ante los arcos.
Pero esto varió en la medida que Néstor Ortigoza se apropió de los tiempos del partido en la mitad de la cancha, asociándose bien al ala izquierda que componían los hábiles Sebastián Blanco y Fernando Elizari.
Esto provocó que Racing se partiera en el medio y tanto Gustavo Bou como Mariano Pavone quedaron aislados arriba, mientras el paraguayo Oscar Romero trataba infructuosamante de ser el nexo entre defensa y ataque cuando se apropiaba del balón.
A los 20 minutos llegó un magnífico tiro libre de Martín Cauteruccio que rebotó en el travesaño y del rebote Mauro Cetto, responsable en gran parte de la caída 2 a 1 por Copa Argentina, se reivindicó con un cabezazo goleador.
A partir de allí San Lorenzo empezó a justificar en el juego la ventaja en el marcador, hasta que un cuarto de hora después de ponerse arriba en el tanteador llegó la lesión de Blanco, que sufrió un aparente desgarro en la parte posterior del muslo izquierdo, o por lo menos eso fue lo que dio a entender con sus gestos.
Sin embargo su reemplazante, Martín Rolle, entró bien en el partido y San Lorenzo nunca resignó el protagonismo, ni en lo que quedaba del primer tiempo ni mucho menos en el arranque del segundo.
Es que la plataforma de partido de la etapa final fue a pedir de Ortigoza, que se lucía no solamente como titiritero de su equipo sino también con algunos lujos que levantaban ovaciones de la multitudinaria parcialidad «azulgrana».
Racing perdía en el medio y no se acercaba al objetivo primario del empate, por lo que su técnico, Diego Cocca, decidió descartar la marca sin presencia ofensiva de Francisco Cerro por el despliegue de un volante mixto como el uruguayo Washington Camacho.
Como en una partida de ajedrez, Edgardo Bauza fue por el camino inverso, colocando a un volante central con marca como Enzo Kalinski por un enganche como Elizari.
Y la movida le salió mejor al técnico racinguista, porque más allá de algún exceso de entusiasmo y vertiginosidad, el oriental comenzó a ganar con sus incursiones desde la izquierda al medio y la «Academia» empezó a generar opciones en derredor del arco defendido por Sebastián Torrico, que respondió al premio recibido antes del juego por sus 100 partidos con la camiseta azul y roja, con la presencia de su familia, realizando un par de atajadas notables.
Esto inquietó sobremanera a la parcialidad local, mientras Bauza decidió poner toda la leña en la fragua e hizo ingresar a otro luchador de la media cancha como Franco Mussis por el «ligerito» Héctor Villalba, intentando recuperar la estabilidad largamente perdida en la mitad de la cancha.
Claro que esto no tuvo tiempo de tomar forma porque apenas tres minutos después del ingreso del ex Gimnasia y Esgrima La Plata y Copenhague FC llegó un nuevo centro sobre el área local y la pelota rechazada hacia fuera del área fue empalmada de derecha por Iván Pillud para señalar la igualdad y anotar después de tres años.
Pero no se resignó Racing con la paridad sino que imaginó un derrotero similar al del partido jugado en La Plata, por lo que Cocca no dudó en colocar un tercer delantero como Diego Milito en lugar de Ricardo Noir.
Sin embargo el destino esta vez le iba a sonreir al «Ciclón», porque en la única llegada con registro explícito del segundo tiempo Cauteruccio se vistió de asistidor y Emmanuel Mas de goleador, para invertir la ecuación de hace cuatro días atrás por otro campeonato.
Es que en este campeonato no se entrega, le sigue dando pelea al líder Boca Juniors a dos unidades de diferencia y hoy fue, «con poca nafta», ganador de un «partidazo», digno de dos equipos que tienen hambre de más gloria, aunque los métodos a utilizar sean totalmente opuestos.
(Télam)
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