Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría, se pronunciaron en contra de la iniciativa impulsada por Francia y Alemania para brindar asilo a los miles de refugiados que marchan a pie por Europa, desde Budapest a Austria.
Insistimos en el carácter voluntario» de la decisión, remarcó Vohuslav Sobotka, primer ministro de República Checa, desde Praga, en rechazo a la propuesta de franceses y alemanes de distribuir el flujo de migrantes de forma equitativa.
Por su parte, Ewa Kopacz, jefa de Gobierno de Polonia, advirtió que «aquellas soluciones que no contemplen las posibilidades de cada país serían contraproductivas».
Los cuatro países que desde 1991 integran el Grupo Visegrád (V4) emitieron un comunicado conjunto en el que exigen mejores controles en las fronteras externas del bloque, y reclaman la instalación de centros de refugiados en los países más afectados por el aluvión de migrantes.
Viktor Orban, primer ministro de Hungría, rechazó las críticas a la postura de su país, que cerró sus fronteras, y explicó que desde el gobierno, él debe «proteger a los ciudadanos y garantizar su seguridad», y apuntó contra Alemania, a quien señaló como el principal responsable de la crisis.
El mandatario húngaro subrayó que los refugiados son víctimas de traficantes que los han engañado y de políticos que les han despertado falsas esperanzas.
Si los austríacos recogieran a los migrantes en coches y autobuses, desde la legislación europea serían traficantes de personas, observó el polémico jefe de gobierno», advirtió, sobre los inmigrantes que marchan a pie desde Budapest hacia ese país.
Comentarios