Tras el “cachetazo” que le dio a la humanidad la foto del niño sirio ahogado a la orilla del mar, comenzaron a acumularse también en la Argentina expresiones para acoger con urgencia a los refugiados del siglo XXI. Así lo expresó el ex senador Rodolfo Terragno.
Un diputado nacional, Alberto Asseff, del opositor Frente Renovador, tiene un proyecto de ley para que el Ejecutivo acepte de “manera inmediata” un primer grupo de 20.000 refugiados sirios, kurdos, iraquíes, afganos y eritreos, que demandan asilo a la Argentina desde sus respectivos países. El intendente de una localidad en Córdoba dijo que solicitaría a las Naciones Unidas que le deje albergar en el pueblo a 50 familias. Y la colectividad siriolibanesa de Jujuy se movilizará para traer a quienes lo pidan.
Todo lo que ocurra, al menos de manera inmediata, está enmarcado en las normativas del país, que se extienden también al conflicto migratorio que estremece al mundo. Pero, aunque tienen carácter humanitario, no es un trámite fácil.
En diálogo con Clarín, el director nacional de Migraciones, Martín Arias Duval, informó que hay dos tipos de visados por el que los sirios son admitidos en el país. Esto remite al hecho de que Argentina es parte del sistema internacional de protección que las Naciones Unidas ofrece a los refugiados.
Por un lado, los sirios podían y pueden entrar con la categoría de refugiados que tiene el resto, para lo que existe un trámite en el que se analiza la situación en el país de donde se quiere emigrar y la situación de los derechos humanos elementales. Hay hasta una evaluación judicial, en un proceso secreto donde no se suministra la identidad de la persona, ya que puede estar bajo riesgo físico.
Según se observa en las estadísticas de la hoy llamada Comisión Nacional para los Refugiados (CLONARE, ex CEPARE), entre 2010 y 2015 se refugiaron en la
Argentina 4.533 personas. La lista la encabezan los senegaleses, seguidos por colombianos, dominicanos, cubanos, haitianos, indios, y después sirios, entre otros. Sirios en esta categoría hay 201.
El refugiado debe ser protegido, se le otorgan documentos nacionales para extranjeros, se los incluyen dentro de programas del Estado para inmigrantes. E incluso puede acceder a ayudas económicas, ya que por ejemplo también intervienen instituciones como la iglesia.
En la CONARE trabajan varios ministerios, como del Interior y Transporte, Relaciones Exteriores y Culto, y también interviene la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El gobierno de Cristina Kirchner siempre evitó condenar al presidente Bashar Al Assad por la represión en Siria aunque en alguna oportunidad, pidió el respeto a los derechos humanos. La aparición de un nuevo fenómeno como la banda terrorista ISIS, sus brutalidades y la de los rebeldes, llevaron la guerra civil siria por otros caminos y, el año pasado, el Gobierno argentino creó el llamado Programa Siria, que atiende al “migrante con visado humanitario”, al que se refirió Aníbal F.
Según describió a este diario Arias Duval, se trata de un visado que se facilita “a las personas afectadas por el conflicto y con deseo de venir a La Argentina”. Aunque el objetivo es la integración amigable, y que de las 88 solicitudes de asilo hay experiencias exitosas con estos refugiados sobre todo en La Rioja, Clarín sabe que los requisitos no son un mecanismo ágil, al menos para las necesidades que se ven desde Europa. Se les pide una carta de invitación aquí y un vínculo de parentesco familiar, entre otros.
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