La ingeniería de alimentos se perfecciona. Es por eso que un grupo de investigadores del Conicet y de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Católica Argentina (UCA) pudieron obtener vino en polvo. El producto ya pasó los test de aceptación del público y podría comercializarse en dos años.
¿Cómo lo lograron?
Para obtener vino en polvo sin perder los componentes beneficiosos, probaron la liofilización. El vino se congeló en una cámara cerrada, a 30 °C bajo cero, y luego se disminuyó la presión para lograr vacío. Tras cuarenta y ocho horas de permanecer en la cámara, los diez litros de buen tinto se transforman en 300 gramos de vino en polvo. Claro que durante el proceso, junto al alcohol y el agua, se evaporan también los componentes aromáticos que le dan sabor a esta bebida, a lo que se agrega edulcorante y aromatizante de frambuesa. Actualmente el equipo de científicos está sometiendo al vino en polvo a una serie de ensayos para caracterizarlo en detalle. El objetivo es que la nueva bebida saludable esté en breve en las góndolas de los supermercados.
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