Una de las frases más reveladoras del actual signo de los tiempos está impresa sobre camisetas blancas y se puede leer en varios idiomas alrededor del mundo: «Hogar es donde el Wi-Fi se conecta automáticamente». Y pronto esta frase no solo va a ser cierta por la cantidad de fotos que se pueden subir a Instagram sin gastar datos, o por la cantidad de horas invertidas en saltar de Facebook a Twitter y de Twitter a Snapchat. Va a ser aún más verdadera porque, según el estudio Power over Wi-fi de la Universidad de Washington, es muy posible que dentro de poco los aparatos electrónicos se puedan cargar a través de él. ¿Sin cables? Sí, se puede. Se podrá.
A esta conclusión/promesa han llegado este equipo de investigadores tras lograr un sistema de energía a través de Wi-Fi que permite esta recarga a una distancia de hasta 8 metros. Los más techies ya habrán pensado que el mayor reto de este invento es cómo evitar que esa carga inalámbrica no interfiera en la conexión de Internet.
Vamsi Talla, portavoz del equipo, asegura en un comunicado que este problema no sucederá y explica por qué: «El sistema está compuesto de dos partes: un punto de acceso o router, y unos sensores. Estos últimos recolectan energía de las radiofrecuencias y la convierten en corriente continua. Hemos creado un software específico que hará posible que el punto de acceso funcione como fuente de energía y, a la vez, como un router Wi-Fi”.
Los sensores se colocarán en el teléfono y serán capaces de recolectar las ondas electromagnéticas y reciclarlas en energía que cargue la batería. Los investigadores no han revelado si dichos dispositivos se integrarán en un accesorio aparte que cargue la batería o se incluirán de serie en una batería especial.
El invento del equipo de la Universidad de Washington no es el único capaz de cargar aparatos vía Wi-Fi. A principios de este año conocimos Energous, una iniciativa que ofrece exactamente lo mismo, y que incluso ya tiene un aparato, de nombre WattUp, capaz de realizar la tarea. Aunque sus creadores no quieren fabricar routers que carguen móviles, sino vender la tecnología a terceras empresas para que las implementen en sus propios productos. De momento, compañías como Foxconn y Haier se han interesado por el sistema. Está claro que pronto nuestros cacharros vivirán literalmente del Wi-Fi. (THE HUFFINGTON POST).
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