Comenzó la segunda edición de MasterChef Argentina. El juego arrancó con cincuenta cocineros amateurs que debieron realizar su plato emblemático para poder pasar a la segunda ronda, a la que sólo irán 28 de ellos.
Como el año anterior, el ciclo cuenta con la conducción de Mariano Peluffo y los prestigiosos chefs Germán Martitegui, Donato de Santis y Christophe Krywonis como jurado.
En esta prueba, los concursantes tuvieron que ir al Palacio San Miguel para realizar el plato para cuya realización tuvieron cincuenta minutos (45 para hacer el plato y los cinco restantes para terminarlo delante del jurado).
Entre los platos que realizaron hubo tempura de langostinos con ensalada de rúcula y frutillas, filet de merluza al roquefort, entraña, cerré de cerdo, lasagna de berenjenas y sorrentinos con tinta de calamar.
En su primer episodio el ciclo reunió a participantes de distintas regiones y partes del mundo: un joven húngaro y uno italiano, una joven china y varios del interior del país.
Los cocineros amateurs provienen de distintos ámbitos: artistas plásticos, arquitectos, ex futbolistas, cantantes (César integrante de la banda Los Chefferson), ejecutivos y estudiantes.
El comienzo no fue del todo bueno, ya que el primer participante en arrancar tuvo una respuesta negativa por parte del jurado que no lo seleccionó para el siguiente período. Lo mismo ocurrió con el segundo de los concursantes, criticado por ponerle vino tinto al pescado. Recién a partir del tercer plato, el jurado le dio el visto bueno a uno de los cocineros amateurs y le dio el emblemático delantal.
En la segunda ronda, los preseleccionados participaron de una nueva prueba, esta vez desde Tecnópolis: tuvieron que hacer una de las comidas preferidas de los argentinos, milanesas. Luego de realizar sus platos, sólo 20 concursantes siguieron en carrera.
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