De a poco, la situación en la Patagonia, muy complicada la semana pasada por las cenizas del volcán Calbuco, parece mejorar. En Bariloche se reanudaron las clases pero San Martín y Junín de los Andes seguían con algunas dificultades. Del otro lado de la cordillera se mantenía el alerta roja y hay un pueblito a los pies del macizo, Ensenada, que quedó casi totalmente enterrado en cenizas.
Según informó Télam, los residuos del volcán chileno disminuyeron en la Patagonia, aunque persisten las medidas de prevención debido a que el viento dispersa las cenizas acumuladas en las calles, árboles y techos de viviendas.
En Bariloche las clases volvieron a dictarse y el transporte urbano circula con normalidad al igual que los vuelos aunque, pese a que está abierto el aeropuerto, las compañías aéreas deciden qué vuelos operar de acuerdo a la visibilidad y densidad de las cenizas.
Pablo Cavalli, director de Defensa Civil de Bariloche, señaló que «están habilitados los puertos y el transporte público funciona con normalidad al tiempo que las ruta continúan transitables con precaución».
Por su parte, Domingo Zuñiga, director de Defensa Civil de Junín de los Andes, detalló que «hay mucho viento y la ceniza se dispersa no porque precipite sino por el mismo viento que la levanta de las calles, árboles y techos de viviendas».
Máquinas viales llegaron desde Neuquén para limpiar los hasta siete u ocho centímetros de ceniza acumulada que llegó a haber en las calles».
Zúñiga precisó además, que la situación más comprometida, «la tienen las comunidades mapuches ya que hay unas ocho en Junín y otras tres en San Martín que están muy afectadas. Allí viven unas 4000 personas que están pidiendo agua y fardos para sus animales, mientras que las escuelas rurales están cerradas».
Ensenada, el pueblito enterrado en ceniza
A orillas del lago Llanquihue, al pie del Calbuco, Ensenada, que consiste básicamente en unos pocos restaurantes, varios hostales y cabañas, se ha convertido en una ha convertido en un pueblo fantasma.
De acuerdo a lo publicado por BBC Mundo, sus habitantes, evacuados, sólo pueden ir unas horas al día, para trabajar en limpiar cenizas y dar de comer a sus animales. Las imágenes hablan por sí solas.
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