Las imágenes son elocuentes. Inclusive, la zona se encuentra desconectada a raíz de que se vio afectado el funcionamiento de la fibra óptica. Los aeropuertos operan a medias por falta de comunicaciones y en Antofagasta solo se permiten los despegues, pero no nuevos aterrizajes.
El agua, según testigos de Copiapó, en donde el río del mismo nombre se desbordó, «arrastró a más de 100 casas».
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