A los 72 años, hoy falleció en su casa en Ramos Mejías la actriz y directora Ana María Giunta. Sufrió una descompensación de la que la los médicos no pudieron recuperarla.
Además de su salud deteriorada, Giunta atravesaba también graves problemas económicos. El año pasado estuvo a punto de ser desalojada de su casa. También tuvo problemas con su centro cultural Todos en Yunta, donde comandaba talleres de formación para gente con discapacidades mentales y de otro tipo.
“Hay unas casas enormes en Buenos Aires, que quedaron abandonadas, algunas incluso están tomadas. Yo no quiero que me regalen nada, mi marido mandó cartas al Gobierno de la Ciudad pero dicen que no tienen nada. Hay caserones inmensos que los dueños murieron y sus hijos viven afuera y están ahí”, reclamaba en febrero de 2013 la actriz en apariciones en disrtintos programas de TV.
Desde hace un tiempo, Ana María era oxigeno dependiente y su salud se había agravado notablemente desde el año pasado. Padecía diabetes y problemas de movilidad, además de las afecciones respiratorias provocadas por su adicción al cigarrillo.
Esta mañana su familia llamó a la guardia del hospital de Ramos Mejía, que se encuentra a una cuadra de su domicilio, pero fue en vano. En el momento de su fallecimiento estaba acompañada por su hija en su casa de la calle Saavedra.
Entre las películas más destacadas de las que Giunta formó parte se encuentran: Juan que reía (1976), su inolvidable rol de madama en La película del rey (1986), su participación en la película de culto Picado fino (1993), y su aporte en Las aventuras de Dios (2002). También participó de comedias de neto corte comercial como Las minas de Salomón Rey (1986), Paraíso relax (1988) y Dos ilusiones (2004).
En televisión, Ana María Giunta participó en ciclos en prestigiosos programas como Tato, la leyenda continúa (1991) y Atreverse (1991/1992), también en productos humorísticos como Las mil y una de Sapag (1988), o infantiles como Chiquititas (1995) y Floricienta (2009). Tuvo una participación destacada en ficciones costumbristas como Campeones de la vida (1999) y Costumbres argentinas(2003).
En teatro, se lució tanto como actriz y directora. Y también como docente y coordinadora de los mencionados talleres para discapacitados.
Giunta fue una fiel defensora por el derecho de la mujer, de la violencia familiar y de la violencia de género. Apoyó y se comprometió activamente en el tema del matrimonio igualitario y el derecho a la vida.
Fue la Directora, por más de 15 años, de los «Talleres de Arte para la Vida», donde dedicaba todo su potencial y corazón a niños, adolescentes y adultos con capacidades especiales.
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