La iniciativa es llevada adelante por el docente y emprendedor Miguel Rodríguez, quien trabaja –desde hace varios años- en el reciclado del plástico (de gaseosa post consumo), revistas y bolsas de polietileno. Actualmente se encuentra en el departamento Dos de Mayo de la provincia de Misiones y pretende lograr una producción a mayor escala, para ello necesita proveer de una máquina fabricadora de hilo a las familias involucradas en el proyecto. Con ese mismo hilo también pueden elaborarse numerosos productos.
Para llevar adelante esta empresa Rodríguez recurrió al Comité Ejecutivo de Desarrollo e Innovación Tecnológica (CEDIT), que ayudará a financiar la entrega de equipos a las familias interesadas en elaborar hilo ecológico. En esta iniciativa utilizan como materia prima materiales reciclados plásticos, promoviendo el uso racional de recursos disponibles en lugar de enterrarlos, quemarlos o acumularlos en basureros al aire libre.
El procedimiento de elaboración del hilo no contamina el medio ambiente, por lo cual es una tecnología sustentable. «Es sencillo”, aseguró Rodríguez, corte, torsión y tracción son los tres pasos que se aplican para obtener el hilo y luego poder fabricar las escobas. Con el proyecto Hilo Ecológico Rodríguez participó de la 9° Exposición Innovar 2013 y fue reconocido con una mención especial.
En varios municipios
«Nuestro objetivo es incorporar una máquina para mecanizar la fabricación del hilo, empleando la totalidad de la botella, con lo que tendríamos 87 metros de hilo ecológico”, relató Rodríguez. Su intención es empezar en Dos de Mayo, donde existen varios grupos de trabajo que son descentralizados.
Desde hace años, el proyecto se desarrolla en 48 municipios de Corrientes, 63 de Misiones, 17 de Chaco, catorce de Formosa, catorce de Santa Fe, cuatro de Santiago del Estero, seis en Buenos Aires, entre otras provincias.
A nivel internacional también se difundió en cursos y ferias de Venezuela, Chile y Perú. Rodríguez lo inició en Goya (Corrientes), donde trabajaba como profesor de actividades prácticas, junto a sus alumnos participó de distintas exposiciones, ferias y charlas.
Niños entusiasmados
El año pasado, Rodríguez presentó el reciclado de botellas plásticas en el Neni 2035 de Dos de Mayo y sus 14 extensiones. Los niños se entusiasmaron de inmediato con el sistema de trabajo y elaboración del hilo. Las ganas de los pequeños hicieron que los padres se involucren en el proyecto. Justamente, la intención era que los adultos aprendan y fabriquen escobas en sus casas. En tanto que la comercialización la tienen garantizada porque Rodríguez compra las escobas y las vende. Similar experiencia concretó con alumnos de escuelas primarias.
A fines del año pasado cerró un acuerdo con la escuela técnica de Dos de Mayo. «A través de este convenio, no solo haremos productos sino que formaremos a formadores y técnicos en la reparación de las maquinas que fabricamos. Así cada sector que se sume tendrá una tarea dentro del proyecto”, afirmó Rodríguez.
Placa a partir de revistas y bolsas
Otro de los elementos que fabrica Rodríguez es una placa (parecidas a la de fenólico o terciado), que se logra a partir del reciclado de revistas o papel y bolsas de polietileno. Con este producto se pueden fabricar cientos de objetos, como por ejemplo sillas, banquetas, mesas, entre otras cosas. En principio, el objetivo es que la placa aparezca en el mercado y la gente comience a usarla, después se fabricará en función de la demanda del mercado.
Una de las características de esta placa es que no permite el paso del agua (es impermeable) porque tiene fibra y plástico, fibra- madera y plástico o chapa- madera y fibra. En cada opción el elemento común es la bolsita de polietileno, la del supermercado. Una vez más se reutiliza los residuos del hogar.
Casas fábricas
La idea de Rodríguez es que cada casa se convierta en una fábrica de hilo ecológico y escobas, ya que la producción puede desarrollarse de manera descentralizada. La ventaja es que no se gasta energía eléctrica, ni tiempo en la comercialización. Rodríguez y su equipo proveen, sin costo, a las familias de todo el material. «Lo que único que pedimos es que nos vendan las escobas, escobillones y cepillos, después de coordinar los precios”, aclaró.
Los interesados en sumarse primero asisten a un taller de capacitación, donde aprenden el proceso. Después se entregan los elementos de trabajo, mientras que las familias deben conseguir las botellas. Así, «todos pueden convertirse en agentes multiplicadores para difundir la técnica entre sus familiares, amigos y vecinos, para que, entre todos, podamos reducir la basura que tiramos y controlar la formación de basurales”, finalizó Rodríguez.
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