El INTI, en colaboración con el Conicet, diseñó la Estufa Social Argentina de Rendimiento Alto (SARA), que cuenta con dos características que la distinguen: está pensada para la autoconstrucción, y utiliza adobe como su principal elemento de fabricación. Utilizando la tecnología de la doble combustión, este dispositivo alcanza rendimientos del 70% a un precio muy inferior en comparación con otras alternativas existentes. Además, tiene la característica física de ser de masa térmica, lo que implica que acumula calor mientras está encendida y lo entrega al ambiente ni bien se apaga.
El trabajo conjunto entre el programa de Tecnologías Sustentables –dependiente de la Gerencia de Proyectos Especiales- y el Centro INTI-Energía se originó a partir de una demanda de San Martín de los Andes, en la Patagonia argentina, donde se necesita un sistema de calefacción eficiente, que no sea nocivo para la salud y fácil de aplicar en territorio.
Los problemas a solucionar apuntaban a los más chicos: evitar las quemaduras producidas por las estufas de carcazas de metal –el adobe no quema- y que inhalaran humos nocivos, que desaparecen con la doble combustión. En paralelo, una mayor eficiencia reduce el consumo de leña.
Tras meses de trabajo, se culminó el armado del manual de libre acceso y distribución para fabricar la SARA en donde se la necesite y con un costo estimado de armado por estufa de 1.500 pesos. El documento cuenta con instrucciones para fabricar los ladrillos de adobe e indicaciones para el armado de la estructura con éstos y los ladrillos y tejuelas refractarios, junto a los elementos metálicos para la puerta y las chimeneas de la estufa.
La elección de los materiales y componentes se orientó a materiales naturales hallables en poblaciones en situación de pobreza de las zonas frías de Argentina. El equipo del Conicet, liderado por el arquitecto Rodolfo Rotondaro, identificó suelos arcillo-arenosos adecuados para la fabricación de adobes, morteros de unión de barro estabilizado con fibras vegetales. y paja picada y estiércol de caballo.
En este desarrollo se vinculan las nociones de ahorro energético, contaminación ambiental y tecnologías con base territorial. Sergio Ilieff, miembro de Tecnologías Sustentables resaltó que la reforestación con biodiversidad es clave: «Al ser una tecnología de bajo costo y eficaz provoca el disparo del consumo a costa de un mayor uso de recursos naturales. Por eso hacemos hincapié en que esta tecnología debe implementarse en una mirada integral”.
Doble combustión y alta eficiencia
La doble combustión biomásica fue el aporte clave de INTI-Energía, lo que permite alcanzar la mayor eficiencia térmica. En la cámara primaria de la estufa comienza la combustión mediante la gasificación del combustible. El producto resultante -una mezcla de gases formada mayormente por monóxido de carbono y sustancias volátiles- pasa a una cámara secundaria donde se completa la combustión gracias a una segunda entrada de aire, dando como resultado una llama muy intensa y humos con muy bajos contaminantes.
En los laboratorios de dicho centro, la estufa fue sometida a diversos estudios para corroborar su eficiencia, de donde surgió que la eficiencia del combustor es muy buena, superando el 75%, lo que la hace comparable con estufas de alta eficiencia de construcción metálica con ladrillos refractarios. Además, se encontró que el momento de óptimo funcionamiento se produce entre el tiempo inicial de carga y los treinta minutos posteriores: ahí las emisiones de CO son menores que 600 ppm y el rendimiento no cae por debajo del 70%.
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