Una sorpresiva medida de fuerza impulsada por el SUPA paralizó por completo la actividad pesquera de Puerto Rawson. La medida adoptada fue cuando se aprestaban a retomar la descarga de casi un centenar de buques que componen las flotas amarilla y artesanal.
Los barcos llegan a puerto con el langostino en cajones cubierto con hielo en escamas, pero al haber transcurrido más de 24 horas sin que el crustáceo haya sido sometido a proceso con sulfito y congelado, la mayor parte de los 20 mil cajones que están aún sin descargar empiezan a ser afectados por el cambio de coloración denominado melanosis.
Al cierre de esta edición se estimaba que se reiniciaría la descarga de los buques, aunque ya se prevén perdidas millonarias, ya que la mayoría de las plantas no recibirán este producto, con serias consecuencias para los armadores de la flota amarilla y principalmente los artesanales, ya que al no tener equipos de frío en bodega, esa producción deberá ser sacada de los barcos para ser tirada en cuencos.
Esta situación motivó que la Municipalidad de Rawson declarara ayer la emergencia ambiental porque no estaría con la capacidad operativa de dar disposición final a alrededor de 300 toneladas de langostino.
El reclamo
Los trabajadores enrolados en el SUPA, además de paralizar el puerto de la capital chubutense, realizaron cortes en las rutas 7 y 25 entre Trelew y la Rawson. Piden la sanción de una ley que aprobara un fondo de desempleo para los estibadores que se cobraba en momentos de inactividad, es decir durante el invierno. La norma no se reglamentó porque tenía que pasar por algunas modificaciones, y recién se giraría a la Legislatura la semana entrante. De no aprobarse, los estibadores quieren seguir cobrando un subsidio de 2500 pesos.
Más allá de la legitimidad de un reclamo de índole salarial, la metodología de la protesta con afectación no solo de intereses privados, sino poniendo también en riesgo la situación ambiental, hizo que la protesta fuera duramente criticada.
Plan de contingencia
La municipalidad de Rawson declaró ayer la emergencia ambiental debido a los 20.000 cajones de langostinos sin descargar, y gran parte ya sin hielo, por el paro de los estibadores en reclamo de un bono navideño. Se estima que hay un volumen de 300 toneladas de langostinos en las bodegas y cubiertas de las embarcaciones, estando más de 24 horas sin proceso, lo que hace presumir que la mayor parte no será apta para el consumo y deberá ser desechada.
El secretario de Producción y Medio Ambiente, Jorge Aleua, expresó que “el paro provocará una situación complicada a nivel ambiental que va a generar una cantidad de residuos muy importante. Tengo la obligación de advertir la situación a las autoridades correspondientes y por otro lado declarar la emergencia ambiental porque estamos hablando de más de 300 toneladas de langostinos que están paradas en las bodegas de los barcos”, alertó sobre las posibles consecuencias. “Esto no tiene otro destino que no sea el basural, por este tema declaramos la emergencia”, argumentó.
Aleua reveló que “ya estamos trabajando con máquinas abriendo hoyos en la tierra para prepararnos para una situación que podría ser caótica. No hay noticias ni de la Provincia ni de su área de Pesca para responder a esta problemática. Y aclaró: “Estamos trabajando con máquinas que no pertenecen al municipio, con el fin de no desatender las actividades que ya están realizando, para estar preparados y afirmados en esta inminente catástrofe ambiental”.
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