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Conviene más viajar en avión que en colectivo

Tras el último aumento de las tarifas de los micros, la opción de apelar a la vía aérea se tornó más ventajosa. A Capital Federal, Córdoba, Mar del Plata y Puerto Iguazú los pasajes en ambas alternativas tienen costos similares

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En estos tiempos, un consejo parece inevitable: no hay que discutir más sobre cómo viajar, definitivamente conviene más el avión. Aunque parezca ilógico, es igual o menor la tarifa de vuelos locales que la de ómnibus.

Desde que el 1 de diciembre los pasajes terrestres sufrieron un aumento del 12 % en su valor, y la relación de precios se volvió a distorsionar.

Como el aumento comenzó a regir desde el primer día de este mes, los valores de hoy serán los mismos que durante las vacaciones para los colectivos. En cuanto al avión, los precios fluctúan entre diciembre, enero y febrero, según la antelación con la que se adquiera el pasaje.

Mucho se discutió y se discute a propósito de la gestión de Mariano Recalde al frente de Aerolíneas Argentinas. Por las pérdidas diarias que registra la empresa las críticas son muchas. No obstante, lo cierto es que los vuelos internos gozan de subsidios elevados, que se traducen en una tarifa baja. Frente a eso, las demás compañías se ven obligadas a disminuir los precios para competir y así un viaje en avión ya no es más una inversión premium.

Por su lado, las empresas de transporte aumentaron el 12% las tarifas desde el 1 de diciembre y, con los nuevos valores, la relación se volvió simétrica otra vez. De este modo, a sabiendas de las ventajas que presenta una opción aérea por sobre una terrestre, no sólo en comodidad y rapidez, resulta conveniente abordar un avión para desplazarse por el país.

Una práctica habitual en Europa son los famosos vuelos de bajo costo. La ecuación es simple: valores mínimos a cambio de viajes exprés, que operan en aeropuertos de las periferias.

Las empresas eliminan ciertos servicios para los pasajeros (no reciben alimentos ni bebidas), el avión no accede a la manga, no hay tarjetas de abordo y la limpieza interior del fuselaje es mínima. De este modo, se reducen costos que permiten “rematar” pasajes y las compañías siguen siendo superavitarias.

En Argentina, la aerolínea de bandera no corre la misma suerte. Sin embargo, coincide en algo con los low cost: tiene tarifas similares o menores al transporte terrestre.

Adecuarse
El dueño de Andesmar, Mauricio Badaloni, se mostró tranquilo y dijo: “Los subsidios están generando algunas deformaciones. Pero es cuestión de adecuarse. Si ahora tenemos menos ventas que antes, habrá que redefinir con el Estado las frecuencias de viajes, para brindar un servicio acorde a la demanda”.

“Los recorridos que hacemos son caminos que el Estado traza y licita. Ya hubo acercamiento para debatir el tema”, aclaró.

Con relación a las cifras que denotan la baja del sector, señaló: “En los viajes troncales, como Mendoza- Buenos Aires han caído mucho las ventas. Hubo una contracción del 30% en los viajes terrestre durante los últimos meses”.

Por último, explicó una de las alternativas que serían viables: “Hay que estimular de otra manera los transportes. En otras partes del mundo, las empresas de servicios públicos tienen 10% de descuento en las compras de combustible a granel. Acá no pasa”.

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