El estilo y las estrellas del cine mexicano de la primera mitad del siglo pasado, considerada su edad de oro, brilla en la película “Cantinflas”, que explora el ascenso de una de sus mayores luminarias: el comediante Mario Moreno (en realidad Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes) conocido como Cantinflas.
Enmarcado en la travesía del actor desde sus inicios en los espectáculos ambulantes al estrellato internacional, entre las décadas de 1930 y 1950, el film recuerda en su cinematografía a las viejas películas de esos años.
“Lo que hicimos fue una revisión importante de los fotógrafos de la época, mexicanos y del mundo”, recuerda el director Sebastián del Amo durante una presentación de la película en Washington.
“Entre ellos -comenta Del Amo cuya ópera prima “El fantástico mundo de Juan Orol” (filmada en blanco y negro) daba luces sobre otra figura del cine de oro mexicano- resalta Gabriel Figueroa, uno de los fotógrafos más influyentes de esa época.
“Intentamos en la medida de lo posible hacer un pequeño homenaje a toda esa gente, aunque no se trate de un homenaje muy claro ya que Figueroa prácticamente todo lo filmó en blanco y negro”, señala del Amo.
Aún en color, la luz, las transiciones e incluso la música de fanfarria en “Cantinflas” asoman el estilo del cine en blanco y negro de entonces.
Luego el contraste es claro en las escenas que muestran al Hollywood de «technicolor» y a Elizabeth Taylor, que recibió al actor mexicano en los años 50 para la película “La vuelta al mundo en 80 días”.
“Teníamos que marcar claramente dos épocas (…), teníamos que marcar dos texturas fotográficas”, dice del Amo, mexicano nacido en París.
“Cantinflas”, que costó 3,3 millones de dólares y lleva recaudados más de 16 millones en los Estados Unidos y México, fue preseleccionada para representar al país azteca en los premios Oscar de Hollywood en el rubro Película en idioma extranjero, al igual que la argentina “Relatos salvajes”.
El protagonista del film, el catalán Óscar Jaenada (foto), exhibe una asombrosamente fiel interpretación de Cantinflas, lograda tras una ardua preparación que incluyó un experto en voz y un imitador del popular personaje.
Representar la vida personal del actor lejos de los focos y las multitudes, sin embargo, «nos dio un poco más de margen» para crear el personaje «desde la imaginación», dice Del Amo.
Además, el director se encargó de aleccionar a Jaenada, que no había estado antes en México, sobre el contexto político, social y económico de la época.
«Lo que suelo hacer es hablar mucho, darles el contexto real, un panorama muy claro de hacia donde quiero que vayan y, a partir de ahí, los dejo interpretar», indica el director.
Homenaje global
Mario Moreno Cantinflas (1911-1993) ocupa un puesto ilustre en el Olimpo del cine mexicano, un período ceñido al segundo cuarto del siglo pasado que vio una prolífica producción de películas y un sistema consolidado de estrellas.
La película que se estrena hoy en Mendoza y en todo el país no olvida a esas otras luminarias de la época y las hace desfilar literalmente frente a la cámara, al narrar la histórica marcha de artistas frente al palacio de Bellas Artes de la capital mexicana en protesta por la situación de los sindicatos.
Así, íconos como María Félix y Jorge Negrete y otros como Lupita Tovar, Meche Barba, Miroslava Stern, Andrés Soler, Emilio «El Indio» Fernández y Gloria Marín hacen cortas apariciones en la piel de actores mexicanos de la nueva generación.
«Lo que quisimos hacer era no sólo un homenaje a Mario Moreno ‘Cantinflas’ sino a todo ese período de la vida en México, de la vida del entretenimiento en México», según del Amo.
La película “Cantinflas” muestra la carrera de un comediante desde sus inicios humildes en los que desempeñó los más variados oficios (desde lustrabotas hasta torero y boxeador pasando por cartero, taxista y empleado de un billar) hasta su llegada a Hollywood cuando ya era una celebridad del cine mexicano.
Pero, ¿triunfó realmente Mario Moreno en Hollywood?
Por un lado, podría decirse que sí. A fines de los años 50 el comediante actuó en dos grandes producciones de la Meca del cine: “La vuelta al mundo en 80 días” (1956) y “Pepe” (1960), al lado de grandes luminarias de la época como David Niven, Fernandel, Bing Crosby, Maurice Chevalier, Shirley McLaine y Sammy Davis Jr., entre otras.
El inventor del “cantinfleo” (hablar sin decir nada claro) ganó un Globo de Oro a mejor actor en una película musical o de comedia por su papel de Passepartout en la cinta basada en el clásico de Julio Verne, superando a los astros Marlon Brando, Yul Brynner y Glenn Ford. Cuatro años después, en 1961, recibió un Globo de Oro a la trayectoria.
Al aceptar el reconocimiento especial en su nombre, el actor Mickey Rooney llamó a Moreno “uno de los comediantes más grandes de nuestros tiempos”.
Sin embargo, existen críticos que dicen que el paso de Cantinflas por Hollywood fue fugaz y sin mucha trascendencia.
Jorge Cámara, vicepresidente de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood que otorga los Globos de Oro, dijo a The Associated Press hace tres años que a Moreno “no le fue tan bien en Hollywood” pese a su enorme éxito en el mundo hispanohablante con éxitos como “El bolero de Raquel” (1956), “El analfabeto” (1960), “El padrecito” (1964), “Su excelencia” (1966) o “Por mis pistolas” (1968), entre muchísimos títulos de una carrera que se inició a fines de los años 30 y continuó sin pausa hasta 1984.
“Es entendible que los estadounidenses no entendieran demasiado su humor porque su comicidad estaba basada en cómo manejaba el idioma y eso era imposible de traducir al inglés”, dijo Cámara sobre la interpretación y los disparates verbales de los que hacía uso Cantinflas, que murió a los 81 años el 20 de abril de 1993.
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