Decidido a neutralizar el reclamo salarial de la comunidad sindical aeronáutica, el Gobierno orquestó un plan que abarca desde la amenaza de cierre de Aerolíneas Argentinas hasta dejar a los gremios sin un interlocutor válido. La estrategia ya se puso en marcha y tensó aún más la relación entre el presidente de la compañía estatal, Mariano Recalde, y los cinco sindicatos que se agrupan en la Federación Argentina del Personal Aeronáutico (FAPA).
Durante el fin de semana, Recalde ordenó a la cúpula directiva de Aerolíneas Argentinas que baje el siguiente aviso: «Si hay paro, la empresa va a cerrar por culpa de los gremios. Por favor, paren a estos tipos». Ayer, en los despachos de la compañía estatal, el director de recursos humanos, Hernán Jara, ofició de mensajero entre los centenares de militantes de La Cámpora que se despeñan en el sector aeronáutico. El de boca en boca generó una sugestiva dicotomía: la empresa estatal recuperada por el kirchnerismo o la corporación gremial.
Reagrupados en la FAPA, como en los tiempos en que Aerolíneas Argentinas era administrada por capitales españoles, los sindicatos rechazaron la propuesta salarial de una suba del 28,15% en dos pagos y se plantaron en su exigencia inicial: 35 por ciento. Los plazos de la negociación siguen vigentes hasta fin de este mes, aunque el escenario se nubló después del fuerte cruce retórico entre Recalde y los gremialistas.
«Aerolíneas es insostenible con esta irracionalidad de los gremios», dijo Recalde, la semana pasada, en una entrevista con Ámbito Financiero. Antes, había amenazado con enviar al Congreso de la Nación «una propuesta de reestructuración del plan de negocios, que incluya un procedimiento preventivo de crisis, la eliminación de las rutas internacionales no rentables y la devolución anticipada de los aviones menos eficientes».
Pero ayer el conflicto escaló: Recalde advirtió sobre una posibilidad real de cerrar la empresa, según relató a LA NACION el gremialista Edgardo Llano. El dirigente es líder de la FAPA y de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), el gremio del sector que más militantes de La Cámpora logró reclutar en los últimos años.
«Jamás esperábamos que una negociación salarial terminara en una amenaza de cerrar la empresa. A Recalde los números no le dan para justificar el déficit y nos quiere echar la culpa a nosotros», dijo Llano. Y agregó, desafiante: «Recalde nos respondió como la derecha más reaccionaria de los 90. Nos amenaza con cerrar la empresa o declarar el concurso preventivo de crisis. Aplica la persecución y los aprietes a los trabajadores».
EL PLAN DE LUCHA
Como parte de su hoja de ruta de reclamos, los sindicatos aeronáuticos se movilizarán pasado mañana a la oficina central de Aerolíneas Argentinas, en Bouchard al 500, y ya planifican una serie de paros sorpresa y sectoriales para la semana próxima.
Enterado de la rebeldía sindical, el Ministerio de Trabajo intentó neutralizar el conflicto con una convocatoria de urgencia a los gremios para ayer al mediodía. Pero no hubo caso: a esa hora, los sindicalistas escenificaban su unión contra Recalde en una conferencia de prensa, en la sede de los Aeronavegantes. Allí, rodeado de los otros dirigentes de la FAPA, el jefe de los pilotos de UALA, Alejandro Botana, calificó al funcionario de «cretino», y denunció que la compañía estatal «hasta se parece a una asociación ilícita». Pablo Biró, líder del otro gremio de los pilotos, le tiró la pelota al ministro de Trabajo, Carlos Tomada: «Va a depender de él si el jueves vuelan los aviones».
Los sindicatos, además, cuestionaron la política oficial para el sector. «Lo único que les importa es que no haya conflicto en Aeroparque», se quejó Llano. Y protestó por la falta de interlocutores: «El subsecretario del área [Manuel Baladrón] y el secretario de Transporte [Alejandro Ramos] nunca nos atendieron. Y no pasa sólo con nosotros, tampoco reciben a los empresarios».
NUEVA PROTESTA DE ESTATALES EN CONTRA DE KICILLOF
En desacuerdo por el convenio salarial que acordó UPCN, el gremio de los estatales de ATE con representación en el Ministerio de Economía continúa hoy con su plan de lucha, que incluyó la última semana afiches en contra del ministro del área, Axel Kicillof. Los gremialistas colgaron en los pasillos del organismo el sueldo que percibe Kicillof (sería de 87.000 pesos) y lo compararon con el de los empleados (el más bajo percibe 5777 pesos). ATE reclama la reapertura de la paritaria con el argumento de que la suba del 28% que acordó UPCN en abril no es parámetro ante la escalada inflacionaria.
UNA RELACIÓN QUE PARECE IRRECONCILIABLE
Aerolíneas Argentinas rechazó una suba salarial de 35% porque «no es un porcentaje sensato»
247 millones de US$
Fue el déficit de la empresa estatal en 2013, un 44,1% menos que el rojo de 441,7 millones de dólares que había tenido en 2012
EL PEDIDO DE LOS GREMIOS
Los aeronáuticos reclaman una suba salarial de 35% para 2014. «La inflación está desbordada», dijo el piloto Pablo Biró
LA POSTURA DE LA EMPRESA
Aerolíneas Argentinas no está dispuesta a cruzar el 28,15% en dos cuotas, como lo fue el aumento para los gremios estatales que cerró en abril la Casa Rosada.
Mariano Recalde
Presidente de Aerolíneas
Abogado: no cuenta con experiencia en el sector aerocomercial
«Aerolíneas es insostenible con esta irracionalidad de los gremios»
Edgardo Llano
Jefe del personal aeronáutico
Gremialista: integra la CTA oficialista y se define como kirchnerista
«A Recalde no le dan los números y quiere echarles la culpa a los sindicatos».
Fuente: La Nación
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