En la actualidad, los batallones encargados de la defensa contra objetivos a baja altitud entrenan con lanzamisiles Stingray para derribar drones, pero las reservas de munición para los Stingray no son suficientes, y su producción es demasiado cara. Según informa War is boring, la marina quiere tener lista su propia versión de un arma láser antiaérea lo bastante ligera como para poder instalarla en un jeep o transporte ligero.
El departamento de investigación de la marina ya trabaja con láseres de 10 kilovatios. En los próximos dos años pretende llegar a los 30 kilovatios. El problema de estos sistemas de armamento es que necesitan grandes cantidades de energía. En grandes vehículos no es problema instalarlos, pero obtener fuentes de energía lo bastante pequeñas como para llevarlas en un Jeep va a obligar a los técnicos de la marina a agudizar el ingenio.
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