El andar del argentinosaurus huinculensis, un dinosaurio de unos 40 metros de largo y 80 toneladas de peso, pudo ser replicado digitalmente en base a datos empíricos, sin apelar a la imaginación de animadores y escultores, que fue el método usado durante más de 100 años.
La investigación fue realizada por el paleontólogo argentino Rodolfo Coria sobre un programa del biólogo e informático británico William Irvin Seller, que será de utilidad para comprender la relación entre las huellas y huesos encontrados, y el movimiento de esos gigantescos animales prehistóricos.
«La idea de nuestro proyecto era poner a prueba un programa diseñado por Seller, que es el autor original del trabajo», dijo a Télam Coria, investigador independiente del Conicet, en el Instituto de Investigaciones en Paleobiología y Geología (IIPByG,UNRN).
Este software usa modelos digitales obtenidos a partir de restos óseos del esqueleto del Argentinosaurus e incluye información sobre los ángulos de las articulaciones, las relaciones y las distancias entre ellas y los demás huesos.
El programa procesa la información, la elabora a partir de un algoritmo matemático y propone un modelo digital del dinosaurio moviéndose.
«Hemos recreado su capacidad de locomoción, probando por primera vez que el dinosaurio era capaz de caminar lento, pero seguro», dijo Seller, en referencia al programa.
La investigación «determinó que la mecánica de locomoción del dinosaurio cretácico era muy similar a la que tienen los elefantes, además de establecer una velocidad de traslación promedio de aproximadamente 6 kilómetros por hora o de 2 metros por segundo», explicó Coria.
«Esta velocidad es similar al paso semirápido del hombre. Cuando una persona sale a caminar por el parque por lo general lo hace a 5 kilómetros por hora», añadió el paleontólogo argentino.
Segú los investigadores, si bien el dinosaurio podía caminar y desplazarse, «estaba limitado en su capacidad locomotora lo que le generó serios problemas para desarrollar otras actividades, tales como reaccionar rápido en intentos de fuga, realizar giros corporales repentinos, o sostener una postura bípeda por no más de unos pocos segundos».
Coria explicó que el programa «no sólo será util para el conocimiento básico de comprender la coherencia entre huellas, huesos y los desplazamientos de estos dinosaurios en el medio, sino para obtener mejores modelos robóticos y una cabal imagen que en los videos se intenta recrear de estos animales».
Coria se refirió a la pregunta que puso en marcha la investigación de «cómo pudieron estos animales desplazar sus cuerpos pese a su gran tamaño?».
La respuesta «se dio hace mucho tiempo, y lo que ocurre es que antes se podía hacer sólo en forma intuitiva y apelando al aporte de animadores, diseñadores y escultores», dijo el paleontólogo.
Hoy, el programa de simulación puede recrear con mucha más exactitud el movimiento del dinosaurio, en este caso el argentinosaurus huinculensis, cuyos huesos originales están en Neuquén», sostuvo Coria.
El programa, fruto de esta investigación, logra procesar la carga de los datos anatómicos que le proporcionan los paleontólogos (codificados con cifras) y generar la imagen tridimensional más cercana al dinosaurio que se haya logrado hasta el momento.
«El salto que hemos dado, desde que informáticos y paleontólogos nos unimos, hizo que pudiéramos generar un modelo más cercano a la información real, a partir de datos empíricos», señaló Coria.
El Argentinosaurus, cuya réplica del esqueleto se encuentra en el Museo Carmen Funes en Plaza Huincul, y fue escaneado con una técnica de modelado y simulación que implicó la potencia equivalente a 30.000 computadoras domésticas, según los investigadores.
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