Un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de York ha demostrado que se pueden recuperar las imágenes reflejadas en la pupila de una persona fotografiada. Este trabajo puede ser un gran avance en medicina forense, ya que se puede recurrir a este sistema en casos de toma de rehenes o abusos sexuales infantiles, entre otros, según ha explicado el autor principal del trabajo, Rob Jenkins.
Los expertos han indicado que la pupila del ojo en una fotografía puede tener «una gran información oculta». En ellas se puede ver al fotógrafo y a los transeúntes, unas caras que se pueden usar como evidencias durante investigaciones penales, para reconstruir redes de socios o para vincular a las personas con un lugar.
Los autores de esta investigación, que ha sido publicada en ‘PLOS ONE’, han utilizado un zoom de alta resolución en fotografías tipo pasaporte para recuperar imágenes de espectador que se podrían identificar con precisión por los observadores, a pesar de su baja calidad.
Para establecer si los ‘reflejados’ podían ser identificados a partir de las imágenes extraídas, los investigadores presentaron las caras como estímulos en una especie de juego. Los observadores que no estaban familiarizados con los rostros de los transeúntes realizaron el reconocimiento con un 71 por ciento de precisión, mientras que los participantes que conocían los rostros mostrados lo hicieron con un 84 por ciento de precisión.
Para los científicos, en una prueba de reconocimiento espontáneo, los observadores podrían nombrar de manera fiable un rostro familiar que apareciera en una imagen reflejada en los ojos.
La pupila, un espejo negro
«La pupila del ojo es como un espejo negro. Para mejorar la imagen, tienes que acercar y ajustar el contraste», ha explicado Jenkins, para añadir que «una imagen de una cara que se recupera de una reflexión en el ojo es 30.000 veces más pequeña que la cara del sujeto». «En la investigación, el área de todo el rostro para los que estaban allí reflejados era de 322 píxeles en promedio», ha apuntado.
A su juicio, «en el contexto de las investigaciones penales, este sistema podría ser utilizado para muchos casos, y, además, puede ser especialmente importante en los casos en los que los autores de la pena fotografien a sus víctimas». «Las reflexiones en los ojos de las víctimas podrían revelar la identidad del fotógrafo», ha insistido.
En este sentido, ha indicado que unas 40 millones de fotografías se suben al día sólo a Instagram. «Los rostros están entre los objetos más frecuentemente fotografiados y este estudio sirve como un recordatorio para que los usuarios tengan cuidado con lo que suben», ha indicado. «Los ojos de tus fotografías pueden mostrar dónde estás y con quién», ha advertido.
(www.abc.es)
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