Hace aproximadamente un año, un equipo de investigadores de la base antártica Princesa Isabel hizo historia al contactar por primera vez con una inmensa colonia de 9.000 pingüinos emperadores que había sido detectada previamente por los satélites.
Hace unos días, el equipo de Alain Hubert y Christophe Berclaz, de la Fundación Polar Internacional, ha regresado al lugar y ha comprobado que estas aves, de casi un metro de altura, siguen en buen estado y que la colonia ha crecido en número hasta los 15.000 ejemplares.
«No contamos los pingüinos de uno en uno», explica Hubert, «sino que hacemos una estimación del número total contando el número de polluelos. Es más fácil contar a los pollos porque los adultos se mueven de un lado a otro pescando. Como cada pareja de pingüinos solo tiene un polluelo por año», prosigue, «multiplicar el número de polluelos por tres te da una buena estimación del número total de pingüinos de la colonia».
Según Hubert, es fascinante pasar unas horas observando a estos animales. «Ves a los adultos ir hasta el agua para pescar y regresando para regurgitar la comida premasticada y predigerida para alimentar a sus crías», asegura Hubert. «Algunos pingüinos parecen divertirse tomando el sol en su regreso desde el mar».
Los científicos no han visto un número muy grande de polluelos muertos, lo que es un indicador de que la colonia goza de buena salud. La colonia seguirá alimentándose ahora cerca del mar hasta que llegue el momento de penetrar varios kilómetros en el interior del continente antártico y afrontar otro duro invierno.
Comentarios