Jorge Odón es un mecánico argentino que, en las reuniones, solía sorprender con sus ocurrencias. Una de ellas fue extraer corchos del interior de botellas con la única ayuda de una bolsa de plástico. El invento pronto se transformó en un magnífico dispositivo para evitar el uso de fórceps y ventosas en los partos complicados.
En Buenos Aires, en el departamento de ginecología y obstetricia del Cemic (Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas) se utilizó en una docena de partos antes de que tuviera la luz verde de la OMS.
Tras más de cinco años de desarrollo su inventor reconoció que la parte más compleja fue lograr «introducir el mecanismo» en el cuerpo de la madre pero, superado ese obstáculo, al incorporar una manga de polietileno que se puede inflar desde el exterior con una pequeña bomba de aire, «todo se hizo más sencillo. Cualquier persona, sin ser un profesional con experiencia, lo podría utilizar», insiste Odón en sus comparecencias en los medios de comunicación.
Hace un par de años el «aparato Odón» como se denomina el dispositivo en honor a su inventor, se presentó oficialmente en el programa GCC «Saving Lives at Birth». El asombro que produjo se tradujo en una inyección financiera para superar la etapa embrionaria de esta máquina elegida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Grand Challenges Canadá (GCC) el pasado mes de septiembre como la gran promesa para las parturientas en países subdesarrollados con problemas durante el alumbramiento.
El doctor Peter Singer, director ejecutivo de GCC, advirtió que cada año diez millones de mujeres sufren graves complicaciones médicas relacionadas con el parto y unas 260.000 pierden la vida durante el mismo.
Listo para su producción industrial
A estas cifras hay que sumar que anualmente mueren tres millones de bebés y se registran 2,6 millones de abortos por obstrucciones en el canal del parto. Cuando esto sucede lo habitual es recurrir al uso de fórceps y otros instrumentos para facilitar el alumbramiento pero estos procedimientos pueden causar un daño irreparable al recién nacido y lastimar a la madre.
«El aparato de Odón ofrece una forma de bajo coste y simplificada de dar a luz a bebés además de proteger a las madres cuando el parto es prolongado. Promete transferir capacidades para salvar vidas a centros rurales que casi nunca tienen las instalaciones y el personal adecuado para realizar cesáreas», explicó la doctora Margaret Chan, directora general de la OMS.
El dispositivo, listo ya para su producción industrial, tendrá como primeros destinos de distribución países como China, Etiopía, India, Indonesia, México, Perú, Uganda y Tanzania.
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