El martes, Apple presentó el iPhone de bajo costo con el que piensa conquistar los mercados emergentes: el 5C, promocionado a un precio de 100 dólares. Sin embargo, el nuevo teléfono con carcasa de plástico decepcionó a los mercados y a muchos clientes, que se quejaron de que su valor aún sigue siendo elevado: para tenerlo a 100 dólares, es necesario firmar un contrato de abono con una compañía telefónica por dos años. De lo contrario, hay que desembolsar 549 dólares para hacerse del modelo desbloqueado más barato.
El smarthone no va a llegar a Argentina, ya que Apple no ensambla en nuestro país. La alternativa para tenerlo en estas pampas sería, entonces, traerlo directamente desde Estados Unidos. En ese caso, ¿sigue siendo barato? ¿O la promesa de un celular más económico para los mercados emergentes sólo fue un ardid publicitario? “A los 549 dólares hay que sumarle 50 más por el impuesto que se paga en Estados Unidos, aunque varía según el estado en donde se compre, y otros 150 por la Aduana argentina, lo que completa un valor de 750”, detalla Enrique Carrier, analista del mercado de las telecomunicaciones, en diálogo con Clarín.
Trasladado a pesos y con la retención del 20 por ciento por compras con tarjetas de crédito en el exterior, el iPhone “barato” queda en un nada económico precio de 5.157 pesos. Como si fuera poco, a eso hay que sumarle el costo del abono de telefonía, que si se le quiere sacar “el máximo jugo posible” al teléfono implica un desembolso mensual de “250 a 300 pesos”, precisa Carrier.
En un conocido sitio de compras por Internet en Argentina, la versión liberada de 16 GB (la más barata) se ofrece a entre 7.000 y 7.500 pesos, alrededor de un 40 por ciento más que el valor calculado. Y no tan lejos del precio pedido por el modelo 5 de 16 GB (predecesor del 5S, nuevo modelo de alta gama presentado también el martes), que se vende en el mismo sitio Web a entre 8.000 y 8.400 pesos.
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