A sus 53 años, Juan José Campanella está llegando al final de la que tal vez resultó la apuesta más arriesgada en toda su carrera. Tras ganar el Oscar a la mejor película extranjera con El Secreto de sus ojos, el cineasta dedicó tres años a la dirección de una película de animación en tres dimensiones, un campo en el que carecía de experiencia.
Cuando otro de los productores de la película que bautizarían como Metegol, Gastón Gorali, le propuso adaptar el cuento de Roberto Fontanarrosa Memorias de un wing derecho, nada hacía pensar que la idea terminaría desembocando en un guión al que posteriormente se sumaría el escritor Eduardo Sacheri y una coproducción argentino-española con un presupuesto que creció de u$s 17 a u$s 22 millones, que demandó recursos informáticos superiores a los de un banco de primera línea que y reunió a un equipo de 300 especialistas de todo el mundo. Gran parte de mi responsabilidad fue rodear a Campanella del mejor equipo artístico, en cada una de las disciplinas que tiene que ver con la animación 3D. Fue un gran esfuerzo de reclutamiento en todo el mundo. Se contrató a gente de más 15 países, provenientes de estudios de primer nivel, como Dreamworks, Pixar y Weta. Sumamos también a Sergio Pablos, creador de ‘Mi villano favorito’, con su equipo trabajando en España, dice Gorali.
Campanella se autodefine como un bicho tecnológico. Coincidió, además. con el piloto de una serie sobre los orígenes de las computadoras personales que, actualmente, está haciendo para la productora AMC, la misma de las series Breaking Bad o Mad Men. El tema me encanta. Mi desafío es que, visualmente, las computadoras y los monitores verdes de esa época son un desastre, se queja, entre risas, en el inicio de la entrevista que Information Technology presenta en su número aniversario.
Campanella admite que se volvió más exigente con la calidad de la película, a medida que veía que lograban resultados que no tenían mucho que envidiarles a los grandes estudios de animación. El nivel que tiene Metegol no tiene antecedentes en toda América latina, anticipa. Y asegura: A medida que íbamos probando y que nos iban saliendo bien las cosas, ibamos subiendo la vara de exigencia. Al principio, era una película cuyo modelo de nivel técnico era menos ambicioso. Pero, cuando conseguíamos algunos resultados muy buenos, empezábamos a mirar a las producciones de Pixar como un modelo a seguir».
A medida que crecían las ambiciones también lo hacían los requerimientos tecnológicos: debieron recurrir a una granja de 360 servidores, a procesamiento en la nube y enlaces de comunicaciones de 200 Mb.
Metegol tiene previsto su estreno local para el 20 de junio y se verá en más de 70 países. Entre quienes trabajaron en Buenos Aires, España o India, aseguran que marcará un hito en la breve historia del cine de animación en la Argentina y que puede sentar las bases para el despegue de este sector.
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