“Si hay algo que podemos hacer, si hay una vida que podamos salvar, tenemos la obligación de intentarlo”, afirmó el mandatario, reiterando una frase que había pronunciado el día de la asunción de su segundo mandato. «Debemos pedirle al Congreso que haga algo y que lo haga pronto«, instó.
Obama contó que conversó con referentes de distintas comunidades y aseguró que “todos creen que es necesario tomar medidas para reducir la violencia armada”. En ese sentido, destacó el éxito que tuvo Minneapolis al implementar políticas similares a las que él propone. “El progreso es posible”, agregó.
El mandatario estadounidense eligió esa ciudad para el primer acto sobre el tema fuera de Washington porque una serie de esfuerzos ha ayudado a frenar la violencia en un estado, Minnesota, donde la cultura de caza es fuerte.
“La gran mayoría de los estadounidenses, incluso aquellos que tienen armas, están a favor de que haya mayores controles para la compra de armas. Debemos quitar más armas de las calles y de las manos de las personas que las desean utilizar para hacer el mal”, señaló.
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