Ricitelli, jefe de enología por más de 20 años de Bodegas Norton, fue premiado en la 13ª edición de Wine Enthusiast en una competencia en la que participaron winemakers de renombre mundial.
El especialista cuyano superó, en votación unánime de los jurados, a otros enólogos de la talla de Charles Smith, de Walla Walla Valley (Washington); Marcos Eguren, de Rioja (España); Phillippe Melka, de Napa Valley (California); y Vanya Cullen, de Margaret River (Western Australia).
Riccitelli, nacido en Rivadavia, 60 kilómetros al este de la capital provincial, vivió durante su infancia frente a la desaparecida Bodega Gargantini, donde su bisabuelo, su abuelo, y su padre trabajaron como operarios.
Tras recibirse como licenciado en Enología, comenzó a trabajar en esa bodega. Luego pasó a Etchart, en Salta, y desde hace más de 20 años recaló en Norton.
En diálogo con Télam, el ahora mejor enólogo del mundo sostuvo: «Siento un orgullo total, es la coronación de una carrera, aunque todavía me falta mucho carretel. Es como ponerle una coronita a varios años de trabajo y de dedicación».
«Que me hayan nominado fue una alegría enorme -aseguró-. Nunca pensamos que íbamos a ganar. Y no creíamos que podíamos tener chances. Los otros nominados están geográficamente cerca, en cambio a nosotros nos visitan una vez al año», mencionó.
El especialista contó: «A Mendoza vino una enóloga de Francia que nos decía que los otros enólogos que competían conmigo eran unos monstruos, que el francés es una estrella, que el español y el australiano son tipos de mucho nombre. Y los jurados que votaron me eligieron por unanimidad».
Con humildad, Riccitelli dijo: «Esta historia del premio no es solo para mí. Es un reconocimiento a todos los enólogos de la Argentina. Siempre se habló del Malbec argentino, de las bodegas de acá, pero no se hablaba de las personas que están atrás de los vinos. ¡Esta es la primera vez que aparece un argentino premiado por los vinos que nuestro país pone en el mercado mundial!».
«Esta es una ventana que se nos abre a la Argentina para la
enología. Y la tenemos que aprovechar», añadió.
A renglón seguido sostuvo: «Cuando hablan de Argentina, hablan del Malbec, hablan de Mendoza, pero recién ahora empiezan a hablar de las personas que estamos atrás de los vinos, que somos los enólogos, o los ingenieros agrónomos, o el capataz de la bodega, o el obrero».
«Ahora empiezan a hablar de la gente, y eso es lo que queremos como una forma de mostrar la diferencia; que se hable de la gente. Y por supuesto, el reconocimiento a todos mis colegas enólogos, que los quiero mucho, y son todos mis compañeros que me han permitido crecer en esta historia», sostuvo Ricitelli.
Sobre los atributos que debe tener un enólogo a la hora de hacer un gran vino, recalcó: «La memoria. Puedo discrepar con varios, pero la memoria es fundamental. Saber dónde encontramos la calidad, y cómo la encontramos, en qué situación, en qué temperatura, en qué lugar de la bodega, dónde está el vino. Degustar, tener memoria. Y definir ‘ese es el que me gusta’. Y entonces todo lo que haga tiene que parecerse a ese».
En relación al protagonismo que tomaron últimamente los enólogos, Riccitelli dijo: «No hay que ser muy mediático, hay que laburar. Me siento medio incómodo con esto de las notas».
«Pero hay que participar en las degustaciones. Tenemos que ver a la gente. Hay que acercarse a los turistas que vienen a las bodegas. Hay que atender al periodismo que habla de vinos. Es importante, y ahí está el crecimiento. Pero yo termino esta nota, y me voy a seguir laburando», concluyó.
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