«El lunes hicimos la prueba del volante», dijo Mike Watkins, uno de los jefes de la misión de Curiosity, denominado Laboratorio Científico de Marte (MSL, por su sigla en inglés) en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en Pasadena, cerca de Los Ángeles.
El robot, del tamaño de un automóvil pequeño, tiene seis ruedas, de las cuales cuatro se pueden girar.
El Curiosity abandonará el punto donde aterrizó «en tres o cuatro días», dijo Watkins. «Todavía tenemos que terminar algunas operaciones» antes de salir, observó.
Curiosity avanzará en dirección a Glenelg, a unos 500 metros de donde se encuentra actualmente en el Cráter Gale. Este destino será exactamente opuesto al Monte de Sharp -el objetivo final del robot-, pero situado en el cruce de tres capas geológicas diferentes, de gran interés para los científicos.
En una primera instancia, Curiosity debería adoptar un ritmo moderado y recorrer «10, 20 o 30 metros por día», precisó Watkins, sólo para ver «cómo funciona» el robot. Pero al final, «creo que vamos a avanzar más de 100 metros por día», concluyó.
Homenaje a Ray Bradbury.
El recientemente fallecido escritor norteamericano tuvo un homenaje por parte de la NASA. Es que el sitio en donde aterrizó el MSL-Curiosity será renombrado con el nombre del autor de las recordadas «Crónicas marcianas» quien este 22 de agosto hubiese cumplido 92 años. Bradbury falleció en junio pasado.