La nave rusa Soyuz TMA-05M partió hoy rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) con tres cosmonautas a bordo que completarán durante los próximos seis meses un experimento científico para prevenir los desastres naturales en nuestro planeta.
«La fase más tensa y complicada ha sido completada con éxito. Acabo de hablar con los cosmonautas y están bien», afirmó Vladímir Popokvin, jefe de la agencia espacial rusa, Roscosmos.
De acuerdo con el programa de vuelo, el martes la Soyuz se acoplará en régimen automático al módulo ruso de la plataforma orbital, habitada actualmente por los rusos Guennadi Padalka y Serguéi Revin, y el astronauta de la NASA de origen puertorriqueño Joe Acabá.
La tripulación de la Soyuz TMA-05M está integrada por el cosmonauta ruso Yuri Malenchenko, la estadounidense Sunita Williams y el japonés Akihiko Hoshide, que integran la 33 expedición a la estación. Una vez los tres nuevos inquilinos de la plataforma orbital se acomoden a su nuevo hábitat, Williams ejercerá funciones de ingeniera de vuelo hasta septiembre, cuando sustituirá a Padalka como comandante.
Hasta ahora, sólo otra mujer, la también estadounidense Peggy Whitson, había asumido el mando de la Estación, que comenzó a operar hace más de una década. Williams, estadounidense de origen indio, es una astronauta récord, ya que es la mujer que ha permanecido más tiempo en el cosmos y también la que más horas ha pasado fuera de la EEI en caminatas espaciales.
«La EEI es un lugar único, ya que la gente vive realmente en el espacio. La prioridad del trabajo de la misión es científico», dijo a la prensa estadounidense. Los tripulantes de la trigésimo tercera expedición a la EEI deberán completar durante los próximos seis meses de estancia en el laboratorio espacial unos 40 experimentos científicos
Una de sus principales misiones será el programa «Huracán», en el que se pondrán a prueba unos nuevos sistemas de pronóstico y prevención de catástrofes naturales, y reducción y eliminación de sus secuelas.
«Las fotos de alta resolución permitirán ver en detalle lo que ocurre, prever las tendencias, hacia donde puede dirigirse después y determinar las causas de la catástrofe», dijo Malenchenko.
En su opinión, «esas fotos pueden ayudar en el futuro a prevenir diferentes catástrofes, ya que las imágenes son de bastante calidad».
Precisamente, Rusia fue escenario recientemente de las peores inundaciones de los últimos años en el sur del país, que se han cobrado la vida de unas 170 personas.
Para el comandante ruso, un veterano cosmonauta de la estación MIR con un historial de 514 días en el espacio, éste será su quinto vuelo a bordo de una Soyuz, mientras sus colegas norteamericana y japonés debutan en una nave rusa, aunque sí tienen experiencia en los ya jubilados transbordadores estadounidenses.
«En general, la jornada laboral de la tripulación de la estación se prolonga durante 16-17 horas», señaló.
Mientras, Williams señaló que durante los próximos seis meses la tripulación realizará varias caminatas espaciales y recibirá tres cargueros rusos Progress y uno japonés HTV. Malenchenko, en lo que será su quinta caminata, y Padalka serán los primeros en salir al espacio exterior el 21 de agosto para colocar cinco paneles o escudos en el módulo ruso Zvezdá para proteger la plataforma de los meteoritos.
Además, durante las más de seis horas de actividad extravehicular tiene previsto lanzar un microsatélite. El 30 de agosto será el turno de Williams y Hoshide, que reemplazarán una unidad de distribución de energía solar y colocarán unos cables necesarios para recibir el próximo año un nuevo módulo de laboratorio ruso.
Pese a su apretada agenda, los habitantes de la estación tendrán tiempo para «seguir los Juegos Olímpicos», que arrancarán el 27 de julio en Londres, agregó. Desde la retirada del servicio de los transbordadores norteamericanos, las Soyuz son el único eslabón tripulado entre la Tierra y la EEI, y lo seguirán siendo hasta, al menos, 2016.
El enganche de la nave este martes a la EEI coincidirá con un importante aniversario en la historia de la exploración espacial, ya que el 17 de julio de 1975 se produjo el acoplamiento de la nave soviética Soyuz-19 y la estadounidense Apolo-18, que se convirtió en un símbolo de la distensión entre ambas potencias.
El 17 de julio de 1975 ambas naves se acoplaron, sus tripulantes abrieron las escotillas y se dieron un apretón de manos espacial que ha pasado a la historia de la humanidad.