(Río Grande, julio 9 de 2012) – La búsqueda del origen de los malos olores percibidos desde hace 15 días en el centro de Río Grande continúa sin descanso, aún en días feriados.
Ester lunes comenzaron sus trabajos en la zona operarios y técnicos de Clean Word, empresa especializada en recuperación del ambiente, contratada por YPF para rastrear la posible presencia de hidrocarburos en la capa freática.
Con auxilio de máquinas y logística aportadas por una empresa local, Eugenio Services, los técnicos y operarios comenzaron con una serie de excavaciones que se centraron en la estación de servicio ubicada en Rivadavia y San Martín pero que `podrían extenderse a un amplio radio en varias manzanas adyacentes.
Los pozos excavados ayer totalizaron cuatro (sobre un total previsto de catorce en la primera etapa) de cinco metros de profundidad, hasta alcanzar la primera capa de agua subterránea.
Durante una recorrida efectuada por el lugar, el secretario de Gobierno del Municipio, Paulino Rossi confirmó que “la empresa YPF se ha hecho cargo totalmente de las investigaciones, hasta determinar cabalmente de qué se trata”. Para ello, “Han dispuesto todo lo necesario, tanto en recursos humanos como en materiales y elementos de laboratorio, que deberán llevarnos a conclusiones definitivas sobre la cuestión”, valoró Rossi.
A la Justicia
En tanto, y mientras se esperan los resultados concretos de la investigación sobre el terreno, el Municipio ha tomado sus recaudos. Según reveló Rossi, “hemos contratado técnicos químicos que están supervisando todas las tareas y hemos puesto a los asesores legales del Municipio a trabajar en el tema”.
Al respecto “se ha hecho una presentación en la Fiscalía Penal a fin de prevenir sobre la posible comisión de una infracción a la Ley 55 sobre Medio Ambiente” -advirtió el funcionario- en caso de comprobarse que es así, se hará la denuncia correspondiente para deslindar responsabilidades”.
La referencia a un posible delito ambiental está basada en la existencia de antiguas cisternas (pertenecientes en un caso a la Cooperativa Eléctrica y en otro a la empresa YPF) que podrían haber sido abandonadas y tapadas sin haber tomado las precauciones para la total eliminación de gases residuales. Con los años, los estancos podrían haberse deteriorado y los gases de hidrocarburos haber invadido las capas subterráneas.