A OCHO AÑOS DE LA MUERTE DEL SACERDOTE JOSE ZINK
El Cura Gaucho, imborrable en la memoria de los fueguinos
En los duros caminos rurales, en su casa la Misión Salesiana, en cada acto público, en cada hecho importante de la sociedad riograndense, en fechas fundamentales para las familias de la zona, su figura era convocante, su calidez una compañía reconfortante, su palabra una lección de amor y solidaridad.
Quien ingresaba a su humilde oficina (hoy convertida en museo), debía saber que lo esperaba una acogida agradable, afectuosa, con un mate generoso en la mano del Padre José Zink.
Toda su vida se desarrolla en estas Tierras del sur Argentino, luchó incansablemente por la formación de los jóvenes y acompañó a la gente en las distintas etapas de su vida.,
A muchos ha bautizado y, pasados los años, lo buscan para recibir el sacramento del matrimonio.
Fanático hincha del club de sus amores, River Plate, lo llevaba impregnado en su personalidad tanto como su convicción sacerdotal, a la que honró más allá de los duros códigos eclesiásticos..
Apóstol incansable de las Tierras patagónicas soñadas por Don Bosco, recorría las estancias en forma continua, llevando su saber y su apoyo espiritual a donde quiera que su misión sagrada lo requiriera.
Amigo, hermano y compañero de camino de muchas personas que pasaban por la Misión Salesiana buscando un cura gaucho que escuche las cuitas de su corazón.
Ningún habitante de la Tierra del Fuego trascendió tanto las fronteras de la Isla con su imagen carismática y ejemplar. Nadie como él fue sinónimo de la fueguinidad, a nadie lloró tanto la comunidad que se sorprendió con su temprana partida.
Si hasta el cielo lo lloró aquella lluviosa tarde julio cuando una multitud lo acompañó hasta su eterno descanso.
Fueguino por elección, pasó por estos lugares y dejó su huella sempiterna, no habrá olvido que opaque su imagen, no habrá objetores que cuestionen su hombría de bien, hay pena pero no hay olvido, el Cura Gaucho nos dejó solos porque no escuchamos más su palabra aleccionadora desde hace ocho años, pero su compañía espiritual es señera, es hasta un reto permanente a quienes no lo supieron entender y se pierden, por ello, la felicidad de haberlo conocido y comprendido.
El adiós al padre Zink nunca será un adiós, aquellos que trascienden más que nada por su espíritu no se van nunca, permanecen en la cosecha del amor que sembraron toda una vida. El cura Gaucho, José Zink, fue uno de forjadores de almas que trascienden en sus obras.
Los que los conocimos, los que alguna vez compartimos con él su mate y su palabra nos sentimos hoy verdaderos privilegiados, actores de reparto de la obra ejemplar en que convirtió su vida.
Breve reseña de la vida del Padre José ZinkNació en Alpachiri, pequeño pueblo agrícola ganadero, de la Pcia. de La Pampa, el 1º de Marzo del año 1923. Hijo de Juan José Zink y Catalina Burgardt, ambos agricultores inmigrantes alemanes del Volga, que llegaron a la Argentina en el año 1905.
Familia de agricultores el Padre José Zink fue el hijo penúltimo hijo de doce hermanos, cinco varones y siete mujeres.
1932 – Inicia su escuela primaria ingresando a segundo grado en la Escuela Nacional “Faustino Sarmiento”, de Alpachiri.
1933 – Se traslada al colegio Don Bosco de General Acha, Provincia de La Pampa, donde continua su escuela primaria desde tercero a sexto grado.
1937 – Inicia sus estudios secundarios en el Aspirantado Menor de Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires.
1939 – Ingresa al Aspirantado mayor en Bernal, provincia de Buenos Aires, donde termina el secundario y el magisterio obteniendo el título de “Maestro Normal Nacional”.
1941 – Realiza el Noviciado en Morón, y sus primeros votos religiosos el 31 de Enero de 1942.
1942 – 1946 Realiza sus estudios de Filosofía en Bernal.
1947 – 1949 – Realiza su trienio práctico en Almagro en el Colegio San Carlos con los artesanos.
1949 – Ingresa al Instituto Salesiano de Villada, provincia de Córdoba, para realizar los estudios de Teología.
1952 – El 23 de Noviembre fue ordenado sacerdote en la cripta de la Iglesia de María Auxiliadora del Colegio Salesiano de la ciudad de Córdoba.
Reza su primera misa en la Basílica de María Auxiliadora de Almagro, y su primer misa cantada fue en su ciudad natal.
Ejerció su apostolado Sacerdotal Salesiano en:
1953 – Asistente y nobel sacerdote en el Colegio León XIII, Capital Federal.
1954 – Es enviado al Colegio y Oratorio San Miguel en La Plata, como maestro y asistente.
1955 – Los superiores lo trasladan a la Basílica de María Auxiliadora, en Almagro, como ayudante del prefecto.
1956 – Es enviado a la Misión Salesiana de Río Grande, Tierra del Fuego, por dos meses para suplir a un compañero que se encontraba enfermo, y aquí se quedo hasta nuestros días para servir a los jóvenes y a toda la comunidad de estas tierras.
1979 – 1984 – Es enviado a Ushuaia al Colegio Don Bosco.
1985 – Regresa a la Misión Salesiana como párroco Rural.
El 29 de Abril de 1992 es nombrado “Ciudadano Ilustre” por Decreto Municipal 212/92.
Fue Vicepresidente de la Federación Gaucha de Tierra del Fuego.
El 3 de Julio del año 2004, cuando se dirigía a asistir a un niño, falleció en un accidente de tránsito.
Lema sacerdotal:
“Praesta meae menti de Te vivere” (“Dame a mi el vivir de TI”)
Santo Tomás de Aquino.
Todas las noches doy la bendición sacerdotal de María Auxiliadora a todos aquellos que son parte de mi vida sacerdotal.
“Me hice salesiano porque me gustaba la vida de entrega al estilo salesiano para los jóvenes”
Mensaje a los jóvenes: “que guarden los valores humanos de convivencia”
Su lema de ser sacerdote: “El cura para la gente no la gente para el cura”
Personas que lo han conocido le han dedicado estas estrofas que redactamos a continuación.
En el mas calmo sosiego
llamó el Señor a reunión,
para la designación
de un Padre en Tierra del Fuego.
Hablando con voz de ruego
abre sus alas al fin,
como un nuevo paladín
le dijo traigan mañana
a ese gaucho con sotana
que se llama José Zink.
Llegó la hora y partió
rumbo a lo desconocido,
después de orar a cumplido
con la palabra de Dios,
en un momento pensó
volver a ser chiquilín
corretear por el jardín
y dejar toda la gana,
de ese gaucho con sotana
que se llama José Zink.
Dios que no conoce el mal
o que lo sabe eludir
le dijo debes partir
para aquella tierra austral,
y aunque el mundo es todo igual
esto es casi en el confín,
se que esa gente por fin
tendrá a partir de mañana
a ese gaucho con sotana
que se llama José Zink.
Y como un árbol ha hundido
sus raíces en la zona,
no hay en la isla persona
que no le deba un cumplido,
muchas veces ha querido
volver a su eterno fin
pero escuchando el clarín
de la voz profunda humana
de ese gaucho con sotana
que se llama José Zink.
Yo sin ser un feligrés
sin ser un creyente puro,
se que hay un rumbo seguro
en los hombres como Usted,
yo debo de ser tal ves
un sin cielo, un arlequín,
pero mi alma de aserrín
tendrá una misa cristiana
de ese gaucho con sotana
que se llama José Zink.
Nieves Cabrera
(Colaboración: Prof. Walter D’Angelo)