Bonafini, quedó acusada hoy de ser «miembro» de una asociación ilícita, en el marco de la causa de presunto desvío de fondos de esa entidad, pero continuará en libertad, informaron fuentes judiciales según consignó la agencia DyN.
No obstante, ante la Justicia la mujer negó ese cargo, así como el de haber gestionado subsidios públicos para la asociación desde su cargo en el Ministerio de Desarrollo Social bonaerense, tal como ayer había dicho Sergio Schoklender.
Bonafini hija, quien está sospechada de comprar un departamento con fondos de Meldorek -la empresa que se atribuye a Sergio Schoklender y Alejandro Gotkin- negó los cargos en su contra ante el juez federal Norberto Oyarbide y aseguró que podía justificar la adquisición de la vivienda. No obstante, el juez le imputó la figura de supuesto «miembro de una asociación ilícita», dijeron los voceros.
Bonafini fue indagada por Oyarbide, a quien le relató desde cuando y por qué está enfrentada con Schoklender, y le dijo que nunca estuvo en la Fundación ni conocía la empresa Meldorek y que supo de todos los problemas en la entidad una vez que se hicieron públicos, informaron a DyN fuentes judiciales.
Acompañada por varias Madres de Plaza de Mayo -pero no por Hebe de Bonafini- que desde un combi le gritaban «fuerza, fuerza», Alejandra llegó a los tribunales de Comodoro Py 2002 con su abogado, Omar Dib, y tuvo una única frase para los periodistas que la aguardaba: «Ustedes inventaron todo lo que tenían para inventar. Ahora yo voy a decir mi verdad al juez».
Oyarbide le detalló, en 189 fojas de expediente, la acusación de ser miembro de una asociación ilícita que desviaba fondos de la Fundación (de la misión «Sueños Compartidos») destinados a viviendas sociales y de la cual Sergio Schoklender era su jefe y Pablo Schoklender y el contador Alejandro Gotkin sus organizadores, por lo que están detenidos.
En concreto fue acusada de haber vendido en 2010 un departamento ubicado en la calle 44 número 1324 de La Plata, a un valor muy inferior al de mercado, a Meldorek, de la que Schoklender era dueño, por 25 mil dólares. Para la Justicia la transacción se habría hecho con fondos de la entidad, por lo que con la operación habría consentido el desvío de dinero.
Alejandra dijo que solo sabía que Meldorek hacía viviendas sociales pero no que era de Schoklender, de lo que se entera cuando el conflicto por la causa se hace público, y que la escritura de la venta la firmó Gotkin, presidente de la empresa.
También, recordaron las fuentes, está acusada por dos Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) por 79.780 pesos y que realizó un depósito de 50.000 dólares pero los justificó con la venta, en 2007, de un departamento por 83 mil pesos, por ahorros y un préstamo que tenía en una cuenta corriente.
Alejandra había presentado semanas atrás un escrito en el que sostuvo que «desconfiaba profundamente» de Sergio Schoklender por «sus manejos» cuando él era apoderado de la Fundación, y que la relación entre ambos «era de franco enfrentamiento».
«Independientemente de la relación de cercanía que Sergio Schoklender mantenía en su momento con mi madre, lo cierto es que nunca tuve relación de cercanía con él», agregó en el texto.
La mujer le relató hoy al juez que el conflicto comenzó en 2002 cuando Schoklender «le vendió un auto robado» a una amiga suya, por lo que comenzó a tenerle desconfianza, aunque, resaltó, desde antes de eso no le tenía simpatía porque tenía una forma de vida ostentosa.
Agregó que su enemistad con Schoklender era tan manifiesta que dejó de ir a la ronda de las Madres los jueves en Plaza de Mayo para «no cruzarse con él», señalaron los voceros.
Sobre su relación con la Fundación dijo que nunca estuvo allí y que ella primero colaboró en el área de prensa de la Asociación Madres, y que luego le pagaban un sueldo de entre 2.500 y 3.000 mil pesos para cubrir los gastos del viaje diario de La Plata al centro porteño, añadieron las fuentes.
También dijeron los voceros que la mujer sostuvo que supo de los problemas en la Fundación «una vez que se hicieron públicos» y que cuando eso ocurrió se preocupó de hacerle llegar a su madre, a través de terceras personas, que «resguarde la documentación de la entidad», tras lo cual Hebe prohibió el ingreso al lugar de cualquier persona.
«COMO UNA DIOSA»
La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, afirmó hoy que se siente «orgullosa» de su hija Alejandra, quien hoy declaró en la causa por el presunto desvío de fondos de la Fundación.
«Tenemos la conciencia tranquila a pesar de todo lo que nos reclamaron», afirmó Hebe de Bonafini, quien señaló que en caso de tener que ser convocada «voy a declarar todo lo que tengo que declarar».
Al término de la habitual ronda de las madres de los jueves en la Plaza de Mayo, la titular de la Asociación señaló que «como siempre esperamos a la justicia que hasta ahora procedió como tenía que proceder» porque «las madres somos una gran familia» y «a veces a uno le cuesta tener que poner un abogado para que lo defienda, ¿de qué?», porque «uno no tiene nada que ver con nada, pero tiene que poner un abogado», sostuvo.
«Estoy sumamente orgullosa de mi hija», señaló Hebe de Bonafini, al señalar que «es una muchacha muy valiente, que se bancó la tortura de los gobiernos de (Carlos) Ruckauf y de (Eduardo) Duhalde y hoy habló como una diosa», remarcó..