El pago con móvil utiliza diferentes tecnologías. En unas, el consumidor puede pagar gracias a un monedero electrónico ubicado en la web; y en otras, puede efectuar su compra de forma segura con sólo pasar su teléfono frente a un lector NFC, sin contacto ni número secreto.
Esta última solución obliga al comprador a disponer de un teléfono especialmente equipado, o a cargar su tarjeta SIM, mientras que el vendedor necesita equiparse con un terminal especial de pago. Es la preferida por los operadores y los bancos, pero parece principalmente destinada a los países desarrollados.
Sin embargo, pese a que ya se realizaron en algunas ciudades «experiencias a tamaño real (…), se constata que estamos aún lejos de una utilización masiva por los consumidores y de un despliegue industrial por parte de los comerciantes», subraya Patrick Flamant, responsable de la firma Ogone, operador de pago por internet.
El Congreso Mundial de la Telefonía Móvil de Barcelona fue la ocasión para los fabricantes de móviles de anunciar la salida al mercado de numerosos terminales compatibles NFC, y para los fabricantes de tarjetas Gemalto, INSIDE Secure o STMicroelectronic de presentar sus propuestas en este terreno.
No obstante, según muchos analistas, la función de pago con teléfonos NFC podría verse eclipsada por otras más útiles para el consumidor: tarjetas de transporte público, insignias de identificación o tarjetas de fidelización.
«En mi opinión, el NFC no despegará nunca porque creo mucho más en las soluciones de pago a través de las redes sociales: Facebook credit o PayPal», afirma Gilles Blanc, director de estudios del grupo Benchmark.
Para PayPal, el especialista del pago en internet, con 106 millones de usuarios activos, el pago con móvil ya es una realidad que alcanzó los 4.000 millones de transacciones en 2011 y se prevé que llegue a 7.000 millones en 2012.
«Es importante seguir a nuestros usuarios a todos los lugares donde realizan compras», explica el vicepresidente de PayPal Mobile, David Marcus. «Abordamos ahora los comercios convencionales» ya que «ofrecemos soluciones para cualquier método de pago».
Los gigantes estadounidenses de tarjetas de crédito Visa y Mastercard optaron por el pragmatismo, invirtiendo en ambos campos: el NFC y sus teléfonos sofisticados y las soluciones de pago por móvil con teléfonos más sencillos y mejor adaptados a los países en vías de desarrollo.
«El móvil es una herramienta que nos permite hacer cosas diferentes en mercados diferentes», explica Hannes van Rensburg, responsable de la filial de pago por móvil de Visa para los países emergentes.
Orange Money, filial del operador de telefonía francés Orange, llegó a un acuerdo con Visa para ofrecer a sus clientes en siete países de África y Oriente Medio, la mayoría de los cuales nunca tuvieron una cuenta bancaria, cuentas móviles prepagas con las que comprar en los comercios.
También Mastercard sigue una política de asociación con entidades bancarias u operadores para ofrecer pagos con móvil. En colaboración con el operador Turkcell en Turquía, lanzará así al mercado un monedero electrónico utilizado por 13 bancos locales.
«Lo importante no es la tecnología que se utiliza, sino la propuesta de servicio que se hace al consumidor», explica el responsable de Santander Card, Javier Herraiz, uno de los socios de Mastercard.