Una pasajera del crucero italiano que el 13 de enero se encalló en unas rocas submarinas frente a las costas de la isla de Giglio, en la Toscana, demandó a la compañía Costa Concordia por un millón de euros tras perder un embarazo de cinco meses luego del naufragio.
Según informaron los médicos de la joven a los medios italianos, la pérdida del bebé podía atribuirse al “estrés psicofísico” acumulado durante el accidente del buque y la posterior evacuación.
La mujer vive en Milán y tiene 30 años. Y había decidido hacer el viaje en invierno para estar descansada al momento de dar a luz a su hijo en verano. No obstante, días después de la tragedia que dejó al menos 17 muertos y 15 desaparecidos, tuvo contracciones en su casa y sufrió un aborto espontáneo.
Por tal motivo, la mujer se unió a una demanda conjunta contra la compañía y exigirá el dinero en concepto de daños materiales, biológicos y morales.
Otros pasajeros que viajaban en el Costa Concordia también rechazarán los 14 mil euros de resarcimiento que pagará la compañía naviera a cada una de las personas que iban a bordo del buque (inclusive los menores de edad) e irán por más, ya que la Asociación de Consumidores italiana consideró que la oferta es “una limosna”. En cambio, podrían exigir una indemnización de 125 mil euros por pasajero.