El pasado 12 de diciembre, el Gobierno argentino convenció a los países miembros del Mercosur para que prohibieran la entrada de barcos con bandera de Malvinas a sus puertos. En virtud de esa decisión, los navíos que transportan suministros a los ‘kelpers’ (como se denominan los británicos de Malvinas), no pueden recalar en las costas de Argentina, Brasil y Uruguay.
Aunque no es miembro pleno del organismo regional, Chile se sumó al bloqueo marítimo. El objetivo de la Casa Rosada es forzar a Londres a negociar la soberanía de las islas que perdió hace dos siglos.
Reacción británica
Pero lo único que consiguió la diplomacia argentina con ese gesto, fue que los líderes británicos se atrincheraran en la postura de que las islas no son negociables y que no abandonarán a los ‘kelpers’ a su suerte.
Ante esa actitud, los estrategas de la Casa Rosada barajan la posibilidad de estrechar el cerco, impidiendo a los vuelos que salen de Londres y hacen escala en Punta Arenas (Chile) continuar hacia el aeropuerto de Mount Pleasant (Malvinas) a través de territorio argentino.