Las autoridades federales de EEUU han decidido desoír las demandas judiciales que están por presentarse de ciudadanos en todo el mundo para poder recuperar fotos, videos personales, y hasta trabajos.
Las empresas Carpathia Hosting y Cogent Communications Group podrían iniciar el borrado indiscriminado de datos esta misma semana, según los fiscales.
Mientras que el abogado de Megaupload, Ira Rothken, reclamó que se conserven no únicamente para apoyar la defensa de Megaupload, también para preservar los intereses de 50 millones de internautas que habían depositado documentación personal en el servicio.
Por otra parte, el grupo de hackers Anonymus en su lucha contra la Ley Sopa y demás legislaciones antipiratería subieron a su blog datos personales del ministro de Cultura de España, José Ignacio Wert y la exministra Angeles González Sinde, cuyos teléfonos móviles, domicilios y correos electrónicos (y también de sus familiares) fueron filtrados.
En España, la ley Sinde busca frenar la descarga sin autorización de contenidos protegidos por derechos de autor y que entra en vigor en marzo.
También se publicaron teléfonos y correos electrónicos de actrices como Ana Alvarez y Willy Montesinos, cineastas como Chus Gutiérrez y Carlos Bardem, y del presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho.
También hay datos del músico David Bisbal y de Juan Carlos Cuello, ex miembro de la Junta Directiva de la Sociedad General de Autores y Editores de España.
Anonymus incluyó amenazas a otras figuras de la política y la cultura que se pronunciaron en contra de la piratería y a favor de la ley Sinde en España y de la ley Sopa en EEUU.
Mientras tanto en EEUU, el tratamiento de la Ley Sopa continúa trabado y la prensa local informó que esta decisión fue una reacción a la violenta clausura de Megaupload.
Por esos días, la iniciativa, tenía el apoyo de 80 congresistas, y tan solo 31 oponentes, pero al día siguiente, sus detractores alcanzaban los 101, mientras que sus defensores se quedaron en 65.
Este drástico vuelco fue provocado por la ola de protestas de las industrias de internet, como Microsoft, Google, Facebook, Wikipedia y Twitter.
Esta normativa está enfrentando a dos grupos poderosos y sus consiguientes lobbystas; por un lado las cámaras que nuclean a la industria discográfica, a Hollywood y a las editoriales y enfrente a los monstruos de Internet y la informática.