El jefe de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (Apta), Ricardo Cirielli, admitió hoy que era un «provocador profesional», como lo calificó el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, pero explicó que lo hace «para que Aerolíneas Argentinas sea más eficiente».
«Cuando me dicen que soy un provocador profesional, voy a decir que sí, estoy tratando de provocar una reacción para que inviertan», afirmó Cirielli, quien subrayó que «con lo que digo quiero provocar que Aerolíneas sea eficiente, rentable, se bajen los costos, que hagan hangares nuevos y no sigan mandando aviones a reparar al exterior».
Así pretendió justificar sus declaraciones en las que calificó el comportamiento del Gobierno como «reaccionario, típico de un gobierno militar, no de un gobierno democrático».
De esa manera, Cirielli le había contestado a la presidenta Cristina Fernández, que en el acto de inauguración de un hangar en Aeroparque el jueves responsabilizó al gremio de «boicotear» las operaciones de Aerolíneas.
En tanto, Schiavi tildó a Cirielli de «provocador profesional» y de «extorsionar» al Estado, y anticipó en declaraciones radiales que le iniciará «acciones penales».
Hoy, consultado por radio El Mundo sobre si su actitud es la boicotear el normal funcionamiento de la empresa, el sindicalista contestó que «no, en absoluto. Siempre impulsamos que se hagan inversiones y que se hagan las cosas como corresponde».
«Falso». El jefe de Apta aseguró que «es totalmente falso lo de sabotear» y subrayó: «Todos trabajamos día a día».
Sostuvo que «la Presidenta está muy mal informada», y consideró que «la llevan a tomar decisiones por cuestiones personales».
«Si cuestionamos la gestión de (el presidente de Aerolíneas Mariano) Recalde en Aerolíneas ella lo toma como algo personal, porque se lo transmiten así», indicó Cirielli, quien evaluó que la Presidenta «ante una decisión errónea, toma decisiones equivocadas».
Estimó que la jefa de Estado «debería leer lo que escribimos nosotros en nuestra página de internet y no lo que le llevan Recalde y Schiavi».
«Nos hubiera consultado y en lugar de utilizar medios públicos para hablar en contra de los trabajadores, tendría que haber dicho ‘a ver cuál es el problemas, vamos a buscar la solución’. Un jefe de Estado debe tener la calma necesaria para serlo, no ponerse nervioso y gritar», afirmó el sindicalista.
Advirtió que «hay un nerviosismo que no es propio de un jefe de Estado», e insistió con que «no se puede tomar esto como una cuestión personal y agredir».