A cuatro meses de la erupción, la ceniza del volcán chileno Puyehue está haciendo estragos en la meseta central de Chubut. Medio millón de ovejas ya murieron como consecuencia del efecto devastador de la ceniza.
Pequeños pueblos como Gan Gan y Gastre sufren sus consecuencias peor que el primer día.
Los animales se mueren y la vida cotidiana cambió: el efecto corrosivo de las cenizas tapona los respiraderos de calefactores y salamandras, se mete en los caños de agua y hasta cubre las lamparitas de la luz. La gente no sale cuando hay viento fuerte porque se pierde por completo la visibilidad, y para poder circular los vehículos se guían por los cordones cuneta.
En Gastre hay sectores donde el polvo llega casi a un metro, y hasta las camionetas doble tracción tienen dificultades para circular.
Lo peor está por venir porque la gente que cría animales se va a quedar sin ninguno. El volcán sigue en actividad y sigue llegando la ceniza.
Según Ernesto Siguero, presidente de la Sociedad Rural de Chubut, por el drama de las cenizas ya murieron 500.000 ovejas.
Gan Gan está ubicado en el centro de la meseta chubutense, a 280 kilómetros de Rawson. Todo el camino es de ripio. Tiene 1.200 habitantes. La mayoría se dedica a la ganadería y son pequeños productores que no tienen más de 300 cabezas . Unos pocos trabajan en la administración y la obra pública. Una empresa minera que se instaló en el lugar les dio trabajo a 30 personas. El Gobierno provincial asiste a 600 familias con la tarjeta social de 500 pesos con la que pueden comprar alimentos. Hay una escuela donde concurren 330 chicos en jornada completa.
Pero si la situación es dramática en Gan Gan, más lo es en Gastre. En esta localidad de 1.700 habitantes -que se hizo conocida cuando en los 90 quisieron instalar un repositorio nuclear que fracasó por la presión ecologista- hay campos donde la ceniza llega al metro de altura. Y la gente no puede salir a trabajar. Se mueren y se pierden animales todos los días. Ya queda el 50% de la hacienda. Las vacas y ovejas que están preñadas no pueden parir porque no tienen fuerza. Se tiran en el campo a esperar la muerte.
El productor pierde doblemente, a la madre y a la cría.
En Gastre también hay un emprendimiento minero. «Estamos parados sobre oro, pero la gente pasa necesidades», contó Rolando Jara, presidente de la comuna rural de Gastre. Antes la mayoría de los pobladores se oponía a la explotación minera, pero ahora los carteles «sí a la minería» se pueden ver en los dos pueblos.
La ceniza causa un daño irreparable en los animales. Cae sobre su lomo y su peso no les permite caminar para buscar comida: agonizan un par de días y mueren. Si logran ingerir pasto, la ceniza les provoca un serio daño en el aparato digestivo que con los días también los lleva a la muerte. Por otro lado, la permanente exposición a la ceniza daña la vista de las ovejas y se quedan ciegas. Los productores les pasan té por los ojos, pero no consiguen devolverle la vista, por lo que las ovejas pastan totalmente desorientadas y no se pueden alimentar .
La presidenta Cristina Fernández visitó Rawson para inaugurar el parque eólico más grande del país y los jefes de las comunas rurales le llevaron un petitorio.
«Queremos que sepa que la ceniza en Chubut no es una sensación», dijeron. En toda la meseta, los productores adelantaron la esquila.
Pero está complicada: las tijeras se traban en las cenizas y la lana que sacan vale poco por tener polvo volcánico.